Las amenazas internas se refieren a los riesgos que plantean las personas dentro de una organización. Esta guía explora los tipos de amenazas internas, sus posibles repercusiones y las estrategias para prevenirlas.
Descubra la importancia de la concienciación y la supervisión de los empleados para mitigar los riesgos internos. Comprender las amenazas internas es fundamental para que las organizaciones protejan la información confidencial y mantengan la seguridad.
¿Qué son las amenazas internas?
Las amenazas internas se refieren a las brechas de seguridad que se originan en personas dentro de una organización. Estas personas tienen acceso autorizado a información confidencial, como datos de clientes, información financiera y propiedad intelectual. Las amenazas internas pueden provocar importantes pérdidas económicas, daños a la reputación y responsabilidades legales para las organizaciones.
Tipos de amenazas internas
Las amenazas internas pueden adoptar muchas formas y no siempre son maliciosas. En algunos casos, los empleados pueden provocar inadvertidamente una brecha de seguridad al hacer clic en un correo electrónico de phishing o utilizar una contraseña débil. En otros casos, los empleados pueden causar daños de forma intencionada para obtener beneficios económicos, venganza u obtener información confidencial.
Existen tres categorías principales de amenazas internas:
- Amenazas por descuido o involuntarias – Este tipo de amenazas internas se producen cuando un empleado o contratista causa involuntariamente una brecha de seguridad. Esto puede suceder por falta de concienciación o formación, o simplemente por cometer un error.
- Amenazas internas maliciosas – Las amenazas internas maliciosas se producen cuando un empleado o contratista causa daño intencionadamente a la organización. Esto puede ser con fines lucrativos, por venganza o para obtener información confidencial.
- Amenazas internas comprometidas – Una amenaza interna comprometida se produce cuando un atacante obtiene acceso a la cuenta o al sistema de un empleado o contratista y lo utiliza para llevar a cabo un ataque. Esto puede ocurrir a través de ataques de phishing, ingeniería social u otros medios.
Ejemplos reales de amenazas internas
En los últimos años, varios casos de amenazas internas de gran repercusión han sido noticia. Por ejemplo, la filtración de datos en Equifax en 2017 fue causada por un empleado que aprovechó una vulnerabilidad en la aplicación web de la empresa para robar los datos confidenciales de 143 millones de clientes. Otro ejemplo es el caso de Edward Snowden, quien filtró información clasificada de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) en 2013.
Prevención de amenazas internas
La prevención de amenazas internas requiere un enfoque multicapa que implique a personas, procesos y tecnología. A continuación se indican algunas medidas prácticas que las organizaciones pueden adoptar para protegerse de las amenazas internas:
- Formar a los empleados – Impartir formación periódica sobre concienciación en materia de seguridad a los empleados, contratistas y proveedores externos.
- Implementar controles de acceso – Limite el acceso a los datos confidenciales basándose en el principio del mínimo privilegio. Utilice la autenticación de dos factores, el control de acceso basado en roles y otros mecanismos de control de acceso.
- Supervise y audite la actividad de los usuarios – Implemente soluciones de registro y supervisión para detectar comportamientos anómalos e identificar posibles amenazas internas.
- Aplique políticas de seguridad – Establezca políticas de seguridad claras y aplíquelas de forma rigurosa.
¿Por qué son importantes las amenazas internas?
Las amenazas internas pueden ser especialmente perjudiciales para las organizaciones, ya que los empleados ya tienen acceso a datos y sistemas confidenciales. Esto significa que no necesitan eludir ningún control de seguridad para causar daño, lo que las convierte en una amenaza más difícil de detectar y prevenir.
Además, los empleados pueden causar un daño significativo a la reputación, la estabilidad financiera y la situación legal de una organización. Por ejemplo, los empleados que roban propiedad intelectual o información confidencial de los clientes pueden dañar la reputación y la credibilidad de una organización. Los empleados que interrumpen las operaciones de la red pueden causar pérdidas financieras significativas y afectar a la capacidad de una organización para prestar servicios a los clientes.
Además, las amenazas internas son cada vez más frecuentes y sofisticadas, lo que dificulta a las organizaciones mantenerse al día. Según el informe Insider Threat 2023 de Gurucul, en 2022 se produjo un aumento significativo de los ataques internos, ya que el 74 % de las organizaciones informan de que los ataques se han vuelto más frecuentes (un aumento del 6 % con respecto al año pasado), con un 60 % que ha sufrido al menos un ataque y un 25 % que ha sufrido más de seis ataques.
Cómo abordar el riesgo de las amenazas internas
- Desarrollar un programa integral contra las amenazas internas – Para hacer frente a las amenazas internas, las organizaciones deben desarrollar un programa integral que incluya políticas, procedimientos y tecnologías. Este programa debe abarcar todos los aspectos del riesgo interno, incluyendo la supervisión de los empleados, el control de acceso y la respuesta a incidentes.
- Impartir formación periódica sobre concienciación en materia de seguridad – La formación periódica sobre concienciación en materia de seguridad puede ayudar a los empleados a comprender los riesgos de las amenazas internas y cómo evitarlas. Los empleados deben recibir formación sobre las mejores prácticas para la gestión de contraseñas, los ataques de ingeniería social y cómo informar de actividades sospechosas.
- Supervisar las actividades de los empleados – La supervisión de las actividades de los empleados es fundamental para detectar y prevenir las amenazas internas. Esto puede incluir la supervisión de los correos electrónicos de los empleados, las transferencias de archivos y la actividad de la red. Sin embargo, las organizaciones deben equilibrar la necesidad de supervisar con los derechos de privacidad de los empleados y los requisitos legales.
- Implemente controles de acceso – Los controles de acceso pueden ayudar a limitar la exposición de datos y sistemas confidenciales a personas internas. Las organizaciones deben implementar controles de acceso basados en roles, asegurándose de que los empleados solo tengan acceso a los datos y sistemas necesarios para realizar sus tareas laborales. Los controles de acceso también deben revisarse y actualizarse periódicamente para que sigan siendo eficaces.
- Utilizar software XDR y antimalware – XDR (detección y respuesta ampliadas) es una tecnología de seguridad de última generación que proporciona detección y respuesta ante amenazas en tiempo real en múltiples vectores, incluidos terminales, redes y entornos en la nube. El software antimalware puede ayudar a detectar y evitar que se instale software malicioso en los dispositivos de los empleados. Con XDR, las empresas pueden identificar accesos y comportamientos anómalos de los usuarios, lo que permite detectar este tipo de intentos.
- Realizar comprobaciones de antecedentes – Las organizaciones deben realizar verificaciones exhaustivas de antecedentes de los empleados, contratistas y socios externos antes de concederles acceso a datos y sistemas confidenciales. Las verificaciones de antecedentes pueden ayudar a identificar posibles amenazas internas, como personas con antecedentes de robo o fraude.
- Implementar procedimientos de respuesta a incidentes – Las organizaciones deben contar con procedimientos de respuesta ante incidentes para responder de forma rápida y eficaz a las amenazas internas. Estos procedimientos deben incluir pasos para informar e investigar incidentes, identificar la causa raíz del incidente e implementar medidas correctivas para evitar que se produzcan incidentes similares en el futuro.
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Más informaciónConclusión
Las amenazas internas son un riesgo importante y creciente para organizaciones de todos los tamaños y sectores. Las personas con acceso interno a los datos y sistemas confidenciales de una organización pueden causar daños importantes, ya sea de forma intencionada o no. Dado el impacto potencial de las amenazas internas, las organizaciones deben tomar medidas para mitigar este riesgo.
Es fundamental contar con un programa integral contra las amenazas internas que incluya políticas, procedimientos y tecnologías para detectar y prevenir dichas amenazas. Las organizaciones también deben impartir formación periódica sobre seguridad, supervisar las actividades de los empleados, implementar controles de acceso, utilizar tecnologías de cifrado y DLP, realizar verificaciones de antecedentes e implementar procedimientos de respuesta a incidentes.
Al tomar estas medidas, las organizaciones pueden reducir el riesgo de amenazas internas y proteger sus datos confidenciales, sus sistemas y su reputación. Recuerde que la mejor defensa contra las amenazas internas es un enfoque proactivo y completo que involucre a todos los niveles de la organización, desde el equipo ejecutivo hasta los empleados de primera línea.
"Preguntas frecuentes sobre amenazas internas
Una amenaza interna es un riesgo de seguridad que se origina dentro de una organización, normalmente por parte de alguien con acceso legítimo, como un empleado o un contratista, que hace un uso indebido de sus credenciales o privilegios. Esto puede incluir el robo de datos, el sabotaje de sistemas o la filtración de información confidencial.
Los riesgos internos pueden ser intencionados (maliciosos) o no intencionados (negligencia), pero en cualquier caso aprovechan el acceso de confianza y pueden perjudicar las operaciones, las finanzas o la reputación.
Una persona interna puede ser cualquier individuo con acceso autorizado a la red, los sistemas o los datos de una organización. Esto incluye a empleados actuales y antiguos, contratistas, consultores, socios y proveedores externos. Si poseen credenciales válidas o conocen los procesos internos, pueden hacer un uso indebido de los recursos de forma involuntaria o deliberada, lo que los convierte en personas internas independientemente de su situación laboral.
Los principales tipos de amenazas internas son:
- Personas malintencionadas que roban o sabotean deliberadamente datos para obtener beneficios personales o venganza.
- Personal interno negligente que expone accidentalmente datos o introduce riesgos a través de acciones descuidadas, como la configuración incorrecta de los sistemas.
- Personal interno inadvertido que compromete involuntariamente la seguridad, a menudo al caer en estafas de phishing o manejar incorrectamente información confidencial.
Los empleados internos operan con credenciales válidas y conocimiento de las políticas internas, por lo que sus acciones a menudo se mezclan con la actividad normal. Las herramientas de seguridad se centran en los ataques externos y pueden no señalar los inicios de sesión legítimos o las tareas rutinarias. Además, los empleados internos saben qué controles eludir y pueden cubrir sus huellas, lo que prolonga el tiempo de permanencia antes de ser detectados.
Busque patrones inusuales en el acceso a los datos (descargas de gran tamaño a horas intempestivas), intentos repetidos de inicio de sesión fallidos, copia de archivos confidenciales a unidades externas, aumentos inesperados de privilegios y desviaciones del comportamiento laboral normal. Los cambios repentinos en la actividad del correo electrónico o la red, como el envío de documentos confidenciales fuera de los canales aprobados, también son señales de riesgo interno.
Según el informe de Ponemon sobre el coste de los riesgos internos en 2025, el coste medio anual por incidente interno alcanzó los 17,4 millones de dólares, frente a los 16,2 millones de 2023. Al mismo tiempo, el tiempo medio para contener un incidente de este tipo se redujo a 81 días, frente a los 86 días del año anterior.
Entre las herramientas eficaces se incluyen el análisis del comportamiento de usuarios y entidades (UEBA) para detectar anomalías, la prevención de pérdida de datos (DLP) para bloquear transferencias confidenciales, la detección y respuesta en endpoints (EDR) para una supervisión en profundidad de los endpoints y las plataformas de gestión de identidades y accesos (IAM) con autenticación adaptativa. Los sistemas SIEM y las soluciones de gestión de riesgos internos combinan estas fuentes para generar alertas en tiempo real.
Los programas combinan políticas, personas y tecnología. Comienzan con evaluaciones de riesgos y políticas claras sobre el acceso a los datos. Las herramientas de supervisión continua señalan los comportamientos sospechosos, que son investigados por un equipo dedicado. La formación periódica aumenta la concienciación, mientras que los planes de respuesta a incidentes garantizan una rápida contención. Los bucles de retroalimentación refinan las reglas y mejoran la detección con el tiempo.
Los servicios financieros se enfrentan a los mayores costes relacionados con amenazas internas, con una media de 14,5 millones de dólares al año, debido a la valía de sus datos y a la complejidad de sus sistemas. Les sigue el sector sanitario, con costosas violaciones de datos de pacientes. Las agencias gubernamentales y las empresas de energía y servicios públicos también ocupan puestos altos en la clasificación, dada la importancia de sus infraestructuras y las multas reglamentarias por pérdida de datos.
Aísle inmediatamente las cuentas o los puntos finales afectados para impedir un mayor acceso. Realice una investigación forense para determinar el alcance y, a continuación, notifique a los equipos jurídicos, de recursos humanos y de cumplimiento normativo. Corrija los sistemas restableciendo las credenciales y corrigiendo las vulnerabilidades. Sea transparente con las partes interesadas, documente las lecciones aprendidas y actualice las políticas y los controles para evitar casos futuros.

