Organizaciones de todos los tamaños informan de un flujo constante de vulnerabilidades recién descubiertas en bibliotecas de software, servidores mal configurados y terminales en la nube. Sin una intervención oportuna, las organizaciones siguen corriendo el riesgo de sufrir pérdidas de datos, interrupciones en el negocio y daños a la reputación de su marca. Según estadísticas recientes , solo un tercio de las empresas se dan cuenta por sí mismas de la brecha. El resto no es consciente de ello y se entera a través de un tercero o de los propios atacantes, lo que supone alrededor del 65 % de los casos descubiertos. Esto pone de relieve la necesidad de actuar con rapidez cuando se descubren vulnerabilidades, para que no caigan en manos equivocadas.
En este artículo, explicamos la diferencia entre la gestión de vulnerabilidades y la evaluación de vulnerabilidades, y cómo encajan ambas en el ciclo de vida de la seguridad. En primer lugar, explicaremos los dos conceptos, luego explicaremos cómo encajan en una estrategia de seguridad global y, por último, describiremos las diferencias clave entre ambos. También abordaremos temas como la priorización de riesgos, las prácticas de análisis en el mundo real y cómo se comparan con los marcos de gestión de vulnerabilidades frente a los de gestión de riesgos. Esta guía describe el proceso de evaluación de vulnerabilidades y el paso de la identificación de exposiciones a la mejora de la supervisión o el ajuste de los objetivos de gestión de vulnerabilidades en su organización.

¿Qué es la evaluación de vulnerabilidades?
La evaluación de vulnerabilidades es el proceso de identificar y analizar las debilidades de los sistemas, redes o software con el fin de determinar su susceptibilidad a ser explotados. El resultado suele incluir una lista de vulnerabilidades y sus niveles de gravedad o soluciones sugeridas. Se centra más en la evaluación de riesgos a corto plazo o a intervalos periódicos, normalmente una vez, mensualmente o después de un cambio. Una evaluación, basada en las configuraciones, el estado de los parches y el código, identifica qué defectos están presentes y cuán críticos podrían ser. En muchas organizaciones, constituye la base de un enfoque más continuo de la evaluación y la gestión de vulnerabilidades. Aunque una evaluación puede identificar problemas inmediatos, es posible que no supervise las medidas correctivas continuas o el estado de los problemas resueltos en el futuro.
¿Qué es la gestión de vulnerabilidades?
La gestión de vulnerabilidades es un proceso más amplio y continuo. Requiere una supervisión constante, una clasificación y la corrección o mitigación de las vulnerabilidades identificadas para mantener la seguridad del sistema a largo plazo. Esto implica el uso de planificación, la coordinación de aportaciones de varios equipos, el seguimiento automatizado y el seguimiento de los defectos que no se han corregido. A veces, integra los resultados del análisis con factores empresariales, como la importancia de los sistemas, para orientar los recursos limitados hacia los elementos de alta prioridad. Al aplicar más prácticas recomendadas de gestión de vulnerabilidades, las organizaciones pueden integrar el análisis en los ciclos de DevOps, implementar parches rápidamente y verificar los resultados. A largo plazo, la gestión de vulnerabilidades pasa de ser un simple mantenimiento de una lista de fallos a participar en actividades estratégicas que son coherentes con los objetivos de gestión de vulnerabilidades establecidos, al tiempo que se mantiene la adaptabilidad y la eficiencia del programa.
Diferencia entre gestión y evaluación de vulnerabilidades
Aunque la gestión de vulnerabilidades y la evaluación de vulnerabilidades pueden parecer similares, se refieren a dos procedimientos diferentes pero interconectados. Una evaluación ofrece información sobre vulnerabilidades específicas en un momento determinado, mientras que la gestión es un proceso constante de identificación, selección y resolución. Conocer en qué se diferencian en términos de cobertura, objetivos y resultados puede ayudar a determinar cuál es el lugar que ocupa cada uno de ellos en un plan de seguridad más amplio. A continuación se presentan seis áreas que los diferencian, cada una de las cuales se analiza con más detalle a continuación:
- Ámbito y frecuencia: La evaluación de vulnerabilidades se suele realizar en un sistema en un momento dado o en un periodo determinado (mensual, trimestral, etc.). La gestión de vulnerabilidades, por su parte, incorpora estos análisis en un proceso más coherente. La diferencia entre la gestión de vulnerabilidades y la evaluación de vulnerabilidades es que esta última solo finaliza cuando se elabora un informe de resultados, mientras que la primera va más allá y abarca el análisis, la aplicación de parches y la verificación. Mediante análisis frecuentes, la gestión puede garantizar que las nuevas fallas no pasen desapercibidas durante mucho tiempo.
- Objetivo y resultado: El objetivo principal de la evaluación es identificar y medir las deficiencias existentes en la actualidad, lo que proporciona una imagen de lo que es posible. Por otro lado, los objetivos de la gestión de vulnerabilidades se centran en aplicar parches, asegurarse de que funcionan y garantizar que esa situación no se repita. Mientras que las evaluaciones generan datos, la gestión convierte los datos en pasos para resolverlos. Esto último es útil para mantener un registro de todos los problemas conocidos con los productos y servicios de una organización, garantizando que no quede sin resolver ningún problema significativo.
- Profundidad del compromiso: Una evaluación puede concluir una vez que se ha proporcionado una lista de vulnerabilidades. Por otro lado, la evaluación y gestión de vulnerabilidades integra los resultados del análisis con planes fijos, frecuencia de parches y actualizaciones de estado. La dirección investiga cómo corregir o modificar las vulnerabilidades de los sistemas. A largo plazo, facilita una mejor comprensión y cooperación entre equipos, especialmente cuando DevOps, TI y seguridad trabajan juntos para mitigar las amenazas.
- Riesgo frente a énfasis técnico: Las evaluaciones de vulnerabilidades se centran en identificar debilidades desde una perspectiva técnica y pueden clasificarse en función del nivel de gravedad o del Sistema Común de Puntuación de Vulnerabilidades (CVSS). La gestión de vulnerabilidades es similar al enfoque "gestión de vulnerabilidades frente a gestión de riesgos", en el que las vulnerabilidades se analizan en términos de la probabilidad de ser explotadas o del impacto en el negocio. Este enfoque define qué problemas deben abordarse primero y cómo conectar las brechas técnicas con el riesgo a nivel empresarial. También garantiza que los recursos disponibles se dirijan hacia las amenazas más significativas.
- Bucle de retroalimentación continua: Las evaluaciones de seguridad pueden realizarse periódicamente, y no hay garantía de que las vulnerabilidades identificadas se vuelvan a validar después de la aplicación de los parches. Por otro lado, un programa de gestión es más cíclico, ya que una vez que se identifica y aborda un problema, se repite el análisis para indicar el éxito. Este ciclo de retroalimentación permite a los equipos detectar si las correcciones se han aplicado correctamente o si se han introducido nuevos defectos. Por lo tanto, al centrarse en el seguimiento, la gestión de vulnerabilidades ofrece mejores resultados que un enfoque puntual.
- Integración en una hoja de ruta de seguridad más amplia: Aunque una evaluación puede ser un proceso puntual, la gestión de vulnerabilidades suele integrarse en los procesos de seguridad de una organización. Puede asociar las actividades de análisis con auditorías de cumplimiento, implementaciones de DevOps o cambios de política. Mediante la integración de los ciclos de análisis y parches en las operaciones, los equipos pueden alcanzar los objetivos de gestión de vulnerabilidades que garantizan que el entorno esté en armonía con las amenazas cambiantes. La integración mejora la compatibilidad de los resultados del escaneo con otras medidas para proporcionar una solución de seguridad integral.
- Utilización de herramientas y automatización: Muchas herramientas de evaluación se limitan únicamente a los procesos de escaneo y generación de informes, sin ofrecer recomendaciones. Las herramientas de gestión de vulnerabilidades combinan las actividades de análisis, emisión de tickets, implementación de parches y validación como un proceso. La automatización se convierte en una ventaja competitiva, ya que permite a los equipos operar con rapidez y a gran escala. Para gestionar la corrección, las plataformas de gestión suelen incorporar paneles de control, flujos de trabajo y alertas. Esto cambia el proceso de identificación pasiva a resolución activa.
- Responsabilidad y propiedad: En muchas organizaciones, todavía no se entiende bien quién se ocupa de los resultados de las evaluaciones de vulnerabilidad, y puede haber una brecha entre la identificación y la corrección. En un modelo de gestión, la propiedad se integra en el proceso: las tareas son propiedad de los equipos, que las supervisan y gestionan. Los equipos de seguridad supervisan el progreso, mientras que los equipos de TI o DevOps se encargan de la corrección real. Esta responsabilidad significa que los problemas identificados se siguen y se abordan, lo que dificulta que los resultados queden sin resolver. La función de la dirección es transformar esos conocimientos en responsabilidades específicas que puedan ponerse en práctica.
- Alineación con las prioridades empresariales: La mayoría de las evaluaciones proporcionan una clasificación numérica de las vulnerabilidades, pero rara vez ofrecen información sobre su importancia para la empresa. Los marcos de gestión de riesgos asocian los riesgos con los activos, las obligaciones de cumplimiento o las consecuencias empresariales. Esto permite a los equipos centrarse en lo que es importante, en lugar de perseguir todos los elementos con una puntuación CVSS alta. La gestión de vulnerabilidades es un proceso proactivo que prioriza la seguridad en función del valor empresarial, de modo que la protección se dirige hacia los activos más valiosos. Es un plan más eficaz y eficiente que el convencional, que consiste en ir empresa por empresa para realizar ventas.
- Madurez de la medición y la presentación de informes: Los informes de evaluación suelen ser estáticos, lo que significa que, aunque proporcionan una imagen valiosa en un momento determinado, rápidamente quedan obsoletos. La gestión de vulnerabilidades implementa un marco de informes continuos con métricas como el tiempo necesario para remediar una vulnerabilidad, el intervalo de tiempo de exposición y la tasa de corrección. Esta información ayuda a planificar, presupuestar y analizar el rendimiento de los diferentes equipos. Las tendencias funcionan de manera progresiva y no se establecen en momentos concretos. Se trata de un cambio del enfoque basado en el auditor al seguimiento del rendimiento en tiempo real.
Gestión de vulnerabilidades frente a evaluación de vulnerabilidades: 10 diferencias
Para que se entienda mejor la diferencia entre la gestión de vulnerabilidades y la evaluación de vulnerabilidades, en la siguiente tabla se comparan ambos conceptos. La siguiente tabla presenta diez elementos, desde el alcance hasta los resultados, que muestran cómo funciona cada enfoque. Comprender estas diferencias facilita la explicación de cómo una evaluación única y puntual o un programa continuo influyen en la postura de seguridad de una organización. Al hacer referencia a estos puntos, resulta más fácil para los equipos determinar qué camino se ajusta mejor a los requisitos operativos.
| Aspecto | Evaluación de vulnerabilidades | Gestión de vulnerabilidades | 
|---|---|---|
| Enfoque | Comprobación puntual de fallos a intervalos establecidos | Proceso cíclico y continuo para detectar, priorizar y corregir | 
| Ámbito | Normalmente más limitado, analiza una gama restringida de activos | Abarca todo el entorno, integrado con los flujos de trabajo de desarrollo/operaciones | 
| Objetivo | Recopilar y clasificar los problemas detectados | Lograr parches consistentes, medir el éxito de las correcciones | 
| Horizonte temporal | A menudo, análisis a corto plazo o puntuales | Supervisión a largo plazo con bucles de retroalimentación continuos | 
| Necesidades de recursos | Puede que no requiera automatización avanzada | Normalmente se invierte en automatización, personal dedicado y sistemas integrados | 
| Resultado | Un informe estático que enumera las vulnerabilidades detectadas | Una cola dinámica con tareas asignadas y revisiones continuas | 
| Frecuencia de reanálisis | Posiblemente esporádica, programada mensual o trimestralmente | Puede ser diaria, semanal o ciclos de escaneo impulsados por eventos | 
| Priorización de riesgos | A menudo se utiliza una clasificación básica por gravedad | Incorpora datos de explotación, impacto empresarial o factores de cumplimiento | 
| Integración | Puede funcionar como una prueba aislada | Se vincula con los flujos de trabajo de tickets, SIEM y parches para lograr una sinergia completa | 
| Seguimiento | Normalmente finaliza tras la entrega de los resultados | Garantiza que los parches se implementen, validen y documenten en cada ciclo | 
Como se ha ilustrado anteriormente, la gestión de vulnerabilidades y la evaluación de vulnerabilidades son dos procesos distintos. Una evaluación puede revelar áreas de debilidad o verificar perfiles de riesgo generales, pero no es una herramienta de supervisión continua. Por otro lado, la gestión utiliza el ciclo de análisis, la programación de parches, la verificación y el nuevo análisis para mejorar constantemente la postura de seguridad. Esto es similar a la distinción entre la gestión de vulnerabilidades y la gestión de riesgos, en la que la gestión utiliza un razonamiento basado en el riesgo para priorizar los problemas más graves. A largo plazo, mantener una gestión continua ayuda a reforzar la integración de DevOps, TI y cumplimiento normativo. En comparación, una evaluación identifica el "qué", mientras que la gestión se ocupa del "cómo" y el "cuándo" de la vulnerabilidad, manteniendo a la empresa al día con respecto a las amenazas de la generación actual.
Conclusión
Las empresas que intentan comprender la diferencia entre la gestión de vulnerabilidades y la evaluación de vulnerabilidades deben saber que cada una tiene un propósito: una evaluación proporciona visibilidad de los problemas actuales, mientras que la gestión exige la aplicación coherente de parches para eliminar las vulnerabilidades. A medida que las organizaciones crecen hacia la nube, los contenedores y los puntos finales remotos, las instantáneas periódicas tradicionales no ofrecen una protección adecuada. Por lo tanto, mediante el proceso de análisis cíclico, análisis de riesgos, coordinación de parches y reverificación, las empresas garantizan una cobertura coherente.
Mientras que una evaluación puede determinar el nivel de riesgo en un momento dado, la gestión garantiza que esos riesgos no persistan una vez redactado el informe. Al conectar los datos de escaneo con la priorización basada en el riesgo, los requisitos de cumplimiento y las prácticas de DevOps, la seguridad se integra en el proceso de trabajo. Esto se alinea con el pensamiento más amplio de la gestión de vulnerabilidades frente a la gestión de riesgos, priorizando los esfuerzos hacia las áreas que podrían ser problemáticas. A largo plazo, la gestión coherente mejora el nivel de madurez de la seguridad y aborda los silos departamentales y la necesidad de solucionar rápidamente los riesgos más significativos.
"FAQs
Una evaluación ofrece una visión general de las vulnerabilidades en un momento dado y suele incluir una lista de posibles soluciones clasificadas por gravedad. La gestión de vulnerabilidades es un proceso más complejo que implica un escaneo constante, la priorización, la aplicación de parches y un nuevo escaneo. En otras palabras, la evaluación es parte de un proceso, mientras que la gestión es un proceso que abarca todo el ciclo de vida.
La mayoría de los programas actuales utilizan el enfoque de gestión de vulnerabilidades frente a la gestión de riesgos, que se centra en las debilidades más críticas que amenazan al negocio. La gestión de riesgos es más general y se centra en el nivel estratégico de las amenazas, mientras que la gestión de vulnerabilidades es más específica y se centra en el nivel técnico de las amenazas. Cuando se utilizan conjuntamente, permiten garantizar que las vulnerabilidades identificadas sean relevantes para la posibilidad real de explotación y el riesgo empresarial.
Las mejores prácticas convencionales de gestión de vulnerabilidades implican un análisis continuo, la categorización basada en el riesgo de las vulnerabilidades identificadas, la aplicación oportuna de parches y un nuevo análisis. Cuando los resultados del escaneo se integran con la gestión de tickets o de la configuración, el proceso de corrección se vuelve más fluido. Además, la formación del personal y las políticas de parches bien documentadas garantizan que el proceso sea coherente.
Los objetivos típicos de la gestión de vulnerabilidades incluyen la denegación de la ventana de explotación, la integración con el cumplimiento normativo, los análisis periódicos o provisionales de los sistemas recién añadidos o modificados y la confirmación de que los riesgos se mitigan mediante parches. Algunas empresas miden el tiempo medio para aplicar parches o disminuir la frecuencia de vulnerabilidades anteriores. En general, el programa está diseñado para garantizar la actualización continua y la seguridad del entorno en todas las capas de TI.
A la hora de clasificar las vulnerabilidades, se tienen en cuenta la gravedad (por ejemplo, CVSS), la explotabilidad, la criticidad de los activos y el impacto en el negocio. Esta ponderación basada en el riesgo ayuda a determinar si un fallo concreto es crítico y requiere atención inmediata o si es algo que puede esperar. En ocasiones, los registros detallados de corrección indican que se ha aplicado la solución, lo que reduce el número de amenazas recurrentes o recién adquiridas.
Sí. La mayoría de las empresas integran la etapa de análisis (evaluación) en un ciclo de gestión más amplio, lo que les permite mantener una supervisión constante. Esta integración vincula la detección inmediata con el seguimiento continuo de los parches, lo que ayuda a cerrar el ciclo entre la identificación de los defectos y su corrección. A largo plazo, se crea un ciclo de evaluación y corrección que hace casi imposible que las amenazas pasen desapercibidas.

