En el panorama digital actual, las empresas modernas están cada vez más expuestas a vulnerabilidades, un riesgo que no deja de aumentar. El número de CVE sigue creciendo exponencialmente, superando los 22 000 en el último año. Esto obliga a las empresas a ser más proactivas en la gestión de las vulnerabilidades. Si no se gestiona, este riesgo cibernético supone una amenaza significativa para la continuidad operativa, la integridad de los datos, la salud financiera e incluso la reputación de la empresa. A medida que evolucionan los límites de la red y aumentan el número y la sofisticación de las aplicaciones, es importante determinar dónde centrar los esfuerzos de gestión de vulnerabilidades frente a los de gestión de riesgos. Cuando se utilizan correctamente, estas estrategias funcionan en armonía para mitigar los riesgos inminentes y construir una sostenibilidad a largo plazo.
En este artículo, exploramos las diferencias entre la gestión de vulnerabilidades y la gestión de riesgos, así como los aspectos en los que se complementan. Repasaremos brevemente las definiciones conceptuales, las características definitorias, las diferencias clave y algunas prácticas recomendadas. En lugar de un enfoque de todo o nada, una combinación proporcionada de ambos funciona en armonía, reduciendo las oportunidades de explotación y asignando los recursos de forma óptima. Al reconocer esas diferencias, los equipos pueden establecer un marco de seguridad sólido que abarque las vulnerabilidades tecnológicas y los riesgos organizativos.

¿Qué es la gestión de vulnerabilidades?
Un estudio realizado a 200 ejecutivos de alto nivel del ámbito cibernético de empresas con ingresos superiores a los 1000 millones de dólares reveló que el 40 % de los encuestados había sufrido un incidente que había dado lugar a una brecha de seguridad, y que el 38 % de ellos había sufrido entre uno y tres ataques de este tipo. Estos resultados sugieren que los atacantes explotan activamente estas vulnerabilidades, y que la gestión de riesgos de vulnerabilidad se convierte en una prioridad a nivel ejecutivo.
En términos más sencillos, la gestión de vulnerabilidades implica la identificación de los puntos débiles que existen en el software, el hardware y las redes, y su posterior corrección sistemática. Centrándose en el escaneo constante, la priorización de las correcciones y la verificación de la eficacia de los cambios, está diseñado para abordar las ventanas de explotación. A menudo, los motores de escaneo o el software personalizado correlacionan cada vulnerabilidad identificada con métricas de gravedad (como CVSS), que sirven de base para los procesos correctivos. La integración de la evaluación de vulnerabilidades y la gestión de riesgos con prácticas más amplias garantiza que los fallos identificados se aborden sin sobrecargar los recursos.
Características clave de la gestión de vulnerabilidades
Aunque la búsqueda de aplicaciones sin parches o sistemas mal configurados es el objetivo principal de la gestión de vulnerabilidades, también implica una supervisión continua, la implementación automática de parches y la elaboración de informes detallados. Estos elementos refuerzan la capacidad de la organización para responder con rapidez, reduciendo así la probabilidad de que la explotación tenga éxito. Cuando la detección se sincroniza con un proceso de corrección organizado, se puede establecer la relación entre la gestión de riesgos y la gestión de vulnerabilidades. A continuación se presentan cinco características clave de una buena gestión de vulnerabilidades:
- Detección automatizada de activos: Es poco habitual que las organizaciones gestionen todos sus activos de hardware y software mediante métodos manuales. Las herramientas detectan automáticamente los nuevos servidores, dispositivos IoT o contenedores de corta duración. Es fundamental conocer los detalles de cada nodo para garantizar que la cobertura de los parches sea coherente. Sin esta capacidad, los puntos ciegos se convierten en los principales puntos de intrusión, lo que hace que los ciclos de parches sean inútiles.
- Escaneo programado y continuo: El escaneo diario ayuda a detectar vulnerabilidades poco después de que surjan, a diferencia del escaneo mensual, que tarda meses. La mayoría de las soluciones sofisticadas funcionan en conjunto con los procesos de CI/CD para realizar comprobaciones del código recién implementado. Algunas también siguen un modelo de "escaneo continuo", conectándose con marcos de gestión de vulnerabilidades basados en el riesgo. La cobertura constante también reduce el tiempo entre la detección de un problema y la implementación de la solución.
- Clasificación de gravedad por categorías: La decisión de priorizar cada defecto como crítico, alto, medio o bajo determina la cantidad de recursos que se utilizarán. Sin embargo, centrarse únicamente en la gravedad es desventajoso, ya que conduce a la acumulación de tareas más urgentes. Por lo tanto, las clasificaciones de gravedad se combinan a menudo con modelos de riesgo de gestión de vulnerabilidades, incorporando el potencial de explotación o el impacto en el negocio. Esta metodología por capas ayuda a evitar que se aborden todos los problemas mediocres con la misma intensidad que los problemas críticos.
- Pruebas y despliegue de parches: La gestión de vulnerabilidades también requiere las mejores prácticas de gestión de parches, como el proceso de despliegue de parches, las pruebas y un plan B en caso de que un parche interfiera con los sistemas de producción. Estas herramientas ayudan a reducir la fricción entre los equipos de DevOps, TI y seguridad. A largo plazo, la aplicación refinada de parches crea un entorno estable que no permite la existencia de ventanas de explotación durante mucho tiempo.
- Validación y notificación de correcciones: Es igualmente importante asegurarse de que cada corrección mitiga realmente la vulnerabilidad. A veces, las herramientas también vuelven a escanear o registran los resultados de los parches para comprobar el porcentaje de éxito. La elaboración de informes detallados ayuda a garantizar la rendición de cuentas, a cumplir los requisitos de auditoría y a impulsar la mejora constante. Así, al examinar la tasa de aplicación de parches y la frecuencia de las vulnerabilidades repetidas, las empresas identifican las áreas de preocupación que pueden ayudar a optimizar los procesos posteriores.
¿Qué es la gestión de riesgos en ciberseguridad?
Una visión más amplia de la gestión de riesgos implica la identificación, evaluación y gestión de los riesgos que tienen un impacto significativo en las operaciones comerciales. Según una encuesta realizada a 1200 líderes del sector de los seguros comerciales en Estados Unidos, el riesgo más citado es la amenaza cibernética continua y dinámica. Esto subraya el hecho de que la gestión de riesgos no se opone a la gestión de vulnerabilidades, sino que es un enfoque alineado: la gestión de riesgos aborda la asignación estratégica de recursos, la planificación de contingencias y la evaluación de amenazas. Mientras que la gestión de vulnerabilidades se centra en las debilidades técnicas, la gestión de riesgos abarca todos los aspectos de una organización, incluidos los controles internos, los terceros y los factores externos. Va más allá de simplemente tapar agujeros en el código, teniendo en cuenta las pérdidas de reputación, las sanciones por incumplimiento o incluso las interrupciones del sistema. Por último, alinea las metas y los objetivos de la organización con la gestión de los riesgos que pueden afectar al logro de los objetivos críticos para la misión.
Características clave de la gestión de riesgos
Pasando del nivel táctico de los parches al nivel estratégico de la perspectiva empresarial, la gestión de riesgos coordina la identificación, la evaluación y la planificación de cómo manejar las interrupciones. Debido a que las amenazas son diversas y pueden incluir desde ataques a la cadena de suministro hasta daños a la reputación de la marca, la gestión de riesgos debe incorporar la colaboración entre departamentos. A continuación se presentan cinco componentes clave que definen un plan sólido de gestión de riesgos de ciberseguridad:
- Identificación de riesgos: La gestión de riesgos, desde la identificación de los cambios en el mercado hasta la evaluación de las amenazas internas, busca vulnerabilidades en el entorno. También determina si algunos procesos o relaciones con los proveedores agravan los riesgos. En combinación con la evaluación de vulnerabilidades y la integración de la gestión de riesgos, se asegura de que ninguna de las debilidades permanezca oculta. En este caso, una identificación exhaustiva sienta las bases para el mapa de la estrategia de respuesta al riesgo.
- Análisis y priorización de riesgos: A continuación, cada riesgo se clasifica según su impacto potencial y la probabilidad de que se produzca. Si bien una pequeña avería en un centro de datos puede causar daños medios, es inevitable que se produzca un desastre para la reputación de la marca a nivel mundial. Esto ayuda a los altos directivos a saber qué amenazas deben priorizar en sus planes de respuesta. Las herramientas y marcos como NIST o ISO ayudan en la fase de cuantificación a garantizar que los diferentes riesgos se midan de la misma manera.
- Planificación de la respuesta al riesgo: Supongamos que se ha identificado un riesgo, entonces la organización tiene la opción de aceptarlo, reducirlo, transferirlo o evitarlo. Si bien la mitigación puede implicar la instalación de controles de seguridad o la adquisición de nuevas tecnologías, la transferencia se suele realizar a través de un seguro cibernético. Cuando se vincula a un enfoque de gestión de vulnerabilidades basado en el riesgo, los parches o las actualizaciones del sistema se ajustan al perfil de riesgo general. La documentación garantiza que cada selección sea razonable y fácil de explicar.
- Comunicación y presentación de informes: Las amenazas cibernéticas son complejas y requieren que los gestores de riesgos se comuniquen con éxito tanto con el personal técnico como con la dirección ejecutiva. Los informes y resúmenes ejecutivos se presentan visualmente en forma de paneles de control para garantizar que los resultados de un análisis se comuniquen en un contexto empresarial. Esto ayuda a obtener la aprobación de presupuestos, nuevas incorporaciones de personal o la implementación de políticas. La transparencia del estado de los riesgos también influye en la cultura interna de riesgos y fomenta la responsabilidad y la adaptabilidad.
- Supervisión y mejora continuas: Las amenazas cambian con el tiempo y, por lo tanto, tener una política rígida dejará de ser relevante al cabo de un tiempo. Las revisiones continuas captan los cambios en las circunstancias, como las entradas en el mercado, las acciones de los competidores o las amenazas que antes pasaban desapercibidas. Es importante ajustar la estrategia de riesgo casi en tiempo real para que esté en sintonía con el entorno de amenazas en constante evolución. Estas mejoras crean gradualmente un ciclo de resiliencia en el que los datos diarios sobre vulnerabilidades se incorporan a los objetivos generales de riesgo.
Diferencia entre la gestión de vulnerabilidades y la gestión de riesgos
Aunque ambas se ocupan de la mejora de la seguridad, se diferencian en cuanto a su alcance y objetivos. La comparación entre la gestión de vulnerabilidades y la gestión de riesgos muestra que cada una de ellas se centra en aspectos diferentes: la gestión de vulnerabilidades se centra más en problemas técnicos concretos, mientras que la gestión de riesgos tiene en cuenta otros aspectos de una organización. Para destacar las diferencias, en esta sección se analizan nueve aspectos, que van desde la cobertura de los activos hasta la medición de los resultados.
- Ámbito de cobertura: La gestión de vulnerabilidades se centra en aspectos específicos de los fallos de software o hardware: errores, errores de configuración, versiones obsoletas. Por otro lado, la gestión de riesgos abarca toda la organización y puede incluir riesgos no relacionados con las tecnologías de la información, como la imagen de marca o el cumplimiento normativo. De este modo, el riesgo de la gestión de vulnerabilidades se conecta con una perspectiva más amplia, de modo que el responsable de la toma de decisiones procesa las tareas inmediatas de parcheo relacionadas con los objetivos y metas de la organización.
- Horizonte temporal: Los procesos de vulnerabilidad se realizan principalmente en ciclos, normalmente semanales, mensuales o continuos, en función de las necesidades de la organización. La gestión de riesgos, sin embargo, abarca meses o años, teniendo en cuenta las estrategias de la organización. La escala de tiempo corta es adecuada para los ciclos de parches, mientras que la larga refleja cambios a gran escala, como adquisiciones o cambios en las políticas.
- Entradas de datos: Un enfoque basado en las vulnerabilidades se basa en informes de análisis, métricas de gravedad y disponibilidad de parches. Los marcos de gestión de riesgos extraen información de la inteligencia sobre amenazas, los requisitos normativos, el análisis de la competencia y los modelos financieros. Ambos se basan en diferentes conjuntos de datos para tomar decisiones, pero su integración conduce a una priorización más eficiente.
- Participación de las partes interesadas: El equipo de gestión de vulnerabilidades puede estar compuesto por ingenieros de seguridad, administradores de sistemas o personal de DevOps. La gestión de riesgos involucra a personas como ejecutivos, asesores legales, personal financiero y auditores externos. Esta relación entre la gestión de riesgos y la gestión de vulnerabilidades se refleja en la amplitud con la que cada disciplina debe integrar las decisiones.
- Tipos de estrategias de mitigación: La mitigación implica resolver los fallos del software, lo que puede incluir la aplicación de parches, la reconfiguración o la actualización. Las estrategias basadas en el riesgo también pueden significar la contratación de seguros, el rediseño de procesos o la reubicación de las actividades comerciales. Si bien ambas minimizan los daños potenciales, la segunda puede implicar soluciones no técnicas, como cambios en el contrato con un proveedor o la creación de nuevas campañas de marketing para recuperar la confianza de los consumidores .
- Enfoque técnico frente a estratégico: La gestión de vulnerabilidades es muy técnica e implica cuestiones como ciclos de parches, revisiones de código o registro. La gestión de riesgos es más estratégica e incluye las posibles consecuencias que no son directamente medibles y tangibles, como el daño a la marca o la interrupción de la cadena de suministro. Su integración permite garantizar que las soluciones técnicas se ajusten a la lógica empresarial general, lo que elimina gastos innecesarios.
- Oportunidades de automatización: El análisis de vulnerabilidades y los procesos de gestión de parches pueden automatizarse en gran medida. Por el contrario, la gestión de riesgos puede ser un proceso más amplio que implica un enfoque centrado en el ser humano y la modelización. La combinación del análisis automatizado de vulnerabilidades y la supervisión humana para las decisiones a nivel corporativo da como resultado un nivel de seguridad moderado. Sin embargo, existe un concepto denominado "gestión de vulnerabilidades basada en el riesgo" que combina algunos aspectos de ambos para una respuesta ágil a las amenazas.
- Métricas e indicadores clave de rendimiento (KPI): Los equipos de vulnerabilidad realizan un seguimiento del tiempo de respuesta de los parches o de la relación crítica entre correcciones y detecciones. Los gestores de riesgos supervisan métricas más generales, como las tasas de cumplimiento, las posibles pérdidas o las interrupciones en las cadenas de suministro. Esta diferencia define cómo cada disciplina defiende los presupuestos o el éxito. Vincular las métricas de riesgo con las mejoras en materia de vulnerabilidad ayuda a explicar cómo los avances técnicos reducen la exposición de la empresa.
- Objetivo final: En la gestión de vulnerabilidades, el éxito consiste en tener menos vulnerabilidades sin abordar para reducir el tiempo que los atacantes tienen para aprovecharlas. Los aspectos clave de la gestión de riesgos incluyen la estabilidad operativa, la reducción de pérdidas y la preservación de la imagen de marca a largo plazo. Ambos intervienen en la protección de la resiliencia de la organización, pero lo hacen desde perspectivas diferentes.
Gestión de vulnerabilidades frente a gestión de riesgos: 9 diferencias fundamentales
Dado que en la sección anterior se han explicado las diferencias conceptuales, la siguiente tabla destaca las diferencias de forma eficaz. Esta comparación paralela muestra lo que diferencia a la gestión de vulnerabilidades de la gestión de riesgos en términos de alcance, tiempo, participantes y otros aspectos. A continuación, ofrecemos nueve categorías para mayor claridad.
| Aspecto | Gestión de vulnerabilidades | Gestión de riesgos en ciberseguridad | 
|---|---|---|
| Enfoque principal | Corregir y solucionar fallos discretos de software/hardware | Identificar y mitigar amenazas organizativas generales | 
| Estratégico frente a técnico | Principalmente técnico, dependiente de ciclos de escaneo | Estratégico y multifuncional, alineado con los objetivos empresariales | 
| Horizonte temporal | Intervalos de exploración a corto plazo (diarios, semanales, mensuales) | Planificación a largo plazo (meses/años), con actualizaciones a medida que evoluciona el panorama empresarial o de amenazas | 
| Entrada de datos | Puntuaciones CVSS, notas de parches, resultados de análisis | Información sobre amenazas, requisitos de cumplimiento, modelos de riesgo financiero, análisis de la competencia | 
| Funciones de las partes interesadas | Administradores de seguridad, DevOps, equipos de gestión de parches | Ejecutivos, departamento jurídico, departamento financiero, jefes de departamento, comités de riesgo | 
| Métodos de solución | Parches de software, cambios de configuración, nuevos análisis | Seguros, cambios estratégicos en las políticas, adopción de nuevas tecnologías o gestión de proveedores | 
| Viabilidad de la automatización | Altamente automatizable: escaneo, generación de tickets, distribución de parches | Limitado: requiere un juicio humano sustancial, análisis de escenarios y datos externos | 
| KPI/métricas de éxito | Velocidad de parcheo, recuento de vulnerabilidades abiertas o ventanas de explotación | Reducción del riesgo financiero, métricas de marca/reputación, cumplimiento normativo, puntuación global de riesgo | 
| Objetivo final | Minimizar los fallos sin parchear, reducir las posibilidades de explotación | Proteger la continuidad del negocio, preservar la confianza en la marca y reducir la exposición general al riesgo | 
En la tabla podemos observar que existen diferencias significativas entre la gestión de vulnerabilidades y la gestión de riesgos. Sin embargo, hay una complementariedad mutua en su intersección. La gestión de vulnerabilidades fomenta soluciones más tácticas y rápidas al problema, en las que las debilidades del software no quedan expuestas durante mucho tiempo. La gestión de riesgos amplía esta visión para incluir cómo estas correcciones encajan en los planes de negocio, los presupuestos y los requisitos de cumplimiento. Cuando se coordinan adecuadamente, las decisiones de seguridad están más fundamentadas y se centran en las áreas que preocupan a la empresa. El resultado final es una estrategia coherente que aborda los riesgos técnicos actuales y, al mismo tiempo, evita los peores escenarios posibles. Además, la integración de los datos de vulnerabilidad con los marcos de gestión de riesgos mejora la sincronización de los esfuerzos entre TI, seguridad y ejecutivos. Esto se traduce en un menor gasto, menos crisis y una posición más sólida frente a cualquier adversidad dentro de la organización.
¿Cómo puede ayudar SentinelOne?
SentinelOne Singularity™ Cloud Security es una solución mejorada que cubre la brecha entre el desconocimiento de las vulnerabilidades y la gestión de amenazas en tiempo real. Cuando se adopta un enfoque de gestión de vulnerabilidades basado en el riesgo, las organizaciones obtienen una visión detallada de cuáles son las vulnerabilidades más críticas. Este enfoque integra datos procedentes de análisis, inteligencia sobre amenazas y comprobaciones de la postura de la nube, lo que les permite centrarse en los problemas críticos. A continuación, describimos cinco factores que demuestran cómo la plataforma de SentinelOne resuelve los problemas de seguridad actuales:
- Visibilidad unificada de la nube: Singularity Cloud Security proporciona una CNAPP nativa de la nube en tiempo real que protege las cargas de trabajo desde el momento de la compilación hasta el tiempo de ejecución. Ofrece una gestión unificada de los entornos locales, públicos e híbridos en la nube, al tiempo que mantiene el cumplimiento de las políticas. Sin restricciones de cobertura, es compatible con contenedores, máquinas virtuales y arquitecturas sin servidor. Esta supervisión de alto nivel permite a los equipos controlar los posibles riesgos en todos los activos a su disposición.
- Detección autónoma de amenazas: Los motores de IA locales están siempre activos, buscando procesos que puedan aprovechar vulnerabilidades sin parchear. De esta manera, SentinelOne aumenta la velocidad de identificación y minimiza los falsos positivos al correlacionar comportamientos y escanear datos. Esto refuerza las estrategias de gestión de riesgos de vulnerabilidad al garantizar que las fallas conocidas de alto riesgo se supervisen de cerca. La prevención de exploits en tiempo de ejecución minimiza significativamente el tiempo disponible para que los posibles atacantes comprometan un sistema.
- Priorización de riesgos y rutas de explotación verificadas™: La plataforma Singularity tiene en cuenta la probabilidad de un exploit, la importancia de un activo y la gravedad del problema, de modo que los equipos pueden priorizar las vulnerabilidades de alta prioridad. Las rutas de exploit verificadas definen las rutas reales que puede seguir un atacante, lo que conecta la gestión de riesgos con la gestión de vulnerabilidades. Esto convierte la perspectiva basada en el contexto en un proceso que va desde la detección hasta la corrección y que utiliza los recursos de manera eficiente. Por lo tanto, los parches se aplican donde tienen mayor impacto.
- Hiperautomatización y respuesta en tiempo real: Es importante responder a las amenazas con mayor rapidez. SentinelOne Singularity™ permite la distribución rápida de parches o cambios de política, lo que minimiza de forma eficaz el tiempo que tarda un atacante en explotar una vulnerabilidad. Otras características adicionales, como la independencia del kernel o la disponibilidad de herramientas para rectificar configuraciones erróneas desde una ubicación remota, también contribuyen a la fiabilidad. Al integrar la solución en las tareas diarias, se minimizan los procesos manuales que requieren mucho tiempo, lo que libera al personal para que se centre en las decisiones basadas en el riesgo.
- Gestión integral de la postura de seguridad en la nube: Además de buscar vulnerabilidades de software, la solución de SentinelOne identifica configuraciones erróneas, disparidades en los privilegios de identidad o fugas de secretos. Este enfoque más amplio de la postura es coherente con el concepto de vincular la evaluación de vulnerabilidades y la gestión de riesgos, de modo que se detecten los problemas en los ámbitos del cumplimiento normativo o la identidad. Gestión de la postura de seguridad de contenedores y Kubernetes (KSPM) y Gestión de la superficie de ataque externa (EASM) se añaden a la cobertura, lo que conduce a la creación de una red de protección que cubre todos los aspectos de la nube, desde aplicaciones transitorias hasta almacenamiento a largo plazo.
Conclusión
La gestión de vulnerabilidades y la gestión de riesgos son dos actividades cruciales que forman parte del proceso de ciberseguridad, cada una de las cuales protege diferentes niveles de los sistemas informáticos. Por lo tanto, es importante comprender que la gestión de vulnerabilidades no se opone a la gestión de riesgos, sino que ambas se complementan entre sí. La reducción de vulnerabilidades disminuye la probabilidad de ser explotado a corto plazo mediante la identificación y corrección constantes de las vulnerabilidades. Del mismo modo, la perspectiva más amplia de la gestión de riesgos sitúa estas correcciones en un contexto estratégico, teniendo en cuenta las consecuencias financieras, reputacionales y operativas. Esta interdependencia fomenta una estrategia de defensa racional, eliminando así la posibilidad de que un enfoque domine al otro.
Las empresas que adoptan tanto la perspectiva de la gestión de vulnerabilidades como la de la gestión de riesgos sincronizan los ciclos de correcciones técnicas a corto plazo con los objetivos generales de la organización para evitar la redundancia y la ineficiencia. Las vulnerabilidades basadas en el riesgo garantizan que los equipos de seguridad no se vean abrumados por un enfoque de "parchear todo", al tiempo que se centran en los problemas más críticos. A largo plazo, la cooperación entre el análisis de vulnerabilidades y la planificación basada en el riesgo produce resultados tangibles, como la reducción de las vulnerabilidades abiertas, la disminución de las infracciones y la mejora de la reputación de la marca.
Lleve su prevención de amenazas técnicas y su gestión estratégica de riesgos a nuevas cotas con SentinelOne Singularity™ Cloud Security. Obtenga un único panel de control, inteligencia sobre amenazas en tiempo real y automatización para sincronizar las actividades de aplicación de parches con una protección de clase empresarial. Solicite una demostración ahora!
"FAQs
La gestión de vulnerabilidades se centra en identificar y abordar los problemas actuales de software y hardware, y en buscar problemas y soluciones conocidos. La gestión de riesgos, por otro lado, presta atención a los riesgos de la organización, que son generalizados y abarcan riesgos financieros, reputacionales y operativos. Mientras que la primera es técnica y a corto plazo, la segunda es de naturaleza estratégica, ya que tiene en cuenta el entorno externo, las normas del sector y los objetivos de la organización.
La gestión de vulnerabilidades, que implica el proceso de buscar, reconocer y remediar periódicamente las debilidades, limita las oportunidades de los atacantes de aprovechar los riesgos no abordados. Esto reduce el alcance de cómo los adversarios pueden moverse por la red o causar estragos. Cuando se utiliza junto con la gestión de riesgos, se abordan primero los peores escenarios, lo que conduce a una integración mucho más estrecha del trabajo técnico y los objetivos generales.
La gestión de vulnerabilidades basada en el riesgo combina la evaluación de vulnerabilidades con la evaluación de riesgos, abordando las vulnerabilidades en función de sus factores de riesgo, como la probabilidad de un ataque, la importancia del activo o el impacto de la amenaza potencial. Va más allá de las simples puntuaciones de gravedad e integra escenarios de amenazas reales, como los kits de explotación, en el proceso de evaluación. De esta manera, los recursos se centran donde son más eficaces para corregir las vulnerabilidades más explotables y que pueden tener las peores consecuencias.
La evaluación de vulnerabilidades proporciona una lista de posibles problemas y una clasificación de vulnerabilidades, mientras que la gestión de riesgos prioriza estos problemas en función del impacto que pueden tener en el negocio o las operaciones. En conjunto, establecen un marco que pone en perspectiva las soluciones tácticas con las cuestiones estratégicas, lo que significa que las correcciones abordan los riesgos que podrían comprometer el valor de los activos valiosos u obstaculizar el cumplimiento normativo.
La vulnerabilidad se refiere a fallos técnicos específicos o configuraciones erróneas del sistema. El riesgo abarca un panorama más amplio, estimando las posibilidades de un ataque y las posibles consecuencias, que pueden ir desde pérdidas económicas hasta daños a la reputación. Cuando se combinan, pueden dar lugar a que no se identifiquen amenazas importantes dentro de una organización o a que se exagere la importancia de debilidades insignificantes. De esta manera, se protege la seguridad general de la organización y no se producen solapamientos en las inversiones en seguridad.
Las organizaciones pueden unificar los datos de análisis con el análisis del impacto empresarial, incorporando información sobre amenazas en tiempo real en la priorización de parches. Los equipos de seguridad y ejecutivos establecen objetivos y tolerancias de riesgo unificados en todos los silos funcionales. Esta alineación permite garantizar que cada vulnerabilidad descubierta se trate en el contexto del perfil de riesgo, el coste y el cumplimiento aceptables.
Sí. La gestión de vulnerabilidades puede considerarse una subdisciplina de la gestión de riesgos, que se ocupa de identificar y abordar las debilidades de TI. La gestión de riesgos no se limita únicamente a los riesgos financieros, sino que también puede incluir los riesgos operativos o de la cadena de suministro. Al integrar la gestión de vulnerabilidades en la gestión de riesgos, se corrigen las debilidades importantes en el contexto de las metas y objetivos de la organización.
Los directores de seguridad de la información suelen promover un enfoque de gestión de vulnerabilidades basado en el riesgo que integra métricas con preocupaciones al más alto nivel. Cuentan con directrices sobre cómo corregir primero las vulnerabilidades de alto riesgo y en relación con los niveles de riesgo aceptables. A continuación, los equipos de seguridad realizan actividades diarias y semanales de análisis y corrección. Este enfoque ayuda a abordar tanto las oportunidades inmediatas de explotación como las amenazas más amplias a las que se enfrenta la organización.

