Esta publicación tiene como objetivo ofrecer una visión general de la necesidad de una estrategia de ciberseguridad, cómo crear una, qué debe incluir y la diferencia entre las estrategias para grandes empresas y pequeñas empresas.
¿Qué es una estrategia de ciberseguridad?
Una definición formal de estrategia de ciberseguridad es que se trata de un enfoque estructurado que sigue una organización, un gobierno o un individuo para proteger sus sistemas de tecnología de la información (TI), redes, datos y activos frente a las amenazas cibernéticas. Es esencial para gestionar los riesgos, garantizar la integridad de los sistemas y proteger los datos confidenciales de posibles ciberataques.
¿Por qué la necesitamos?
La transición a las plataformas digitales por parte de empresas y particulares lleva varios años en marcha, y se ha visto acelerada por las restricciones impuestas durante la pandemia. Para compensar los efectos de la reducción del tráfico peatonal en los establecimientos físicos, las empresas se pasaron rápidamente al comercio electrónico y utilizaron la automatización para reducir los costes operativos. También comenzaron a trasladar los sistemas y los datos a la nube e introdujeron el trabajo a distancia.
Los particulares adoptaron el comercio electrónico y las redes sociales, utilizando dispositivos inteligentes con fines comerciales y personales, en cualquier momento y lugar, y trabajando a distancia.
Ambas medidas generaron un aumento significativo de la infraestructura de red, lo que provocó una explosión de redes Wi-Fi accesibles en los espacios públicos. Lamentablemente, esta medida generó graves problemas de seguridad, que no fueron abordados de inmediato por las organizaciones y los particulares. El desarrollo de las defensas de ciberseguridad se quedó atrás con respecto a los hackers que iniciaron ataques contra sistemas, redes, datos y activos con nuevas amenazas cibernéticas.
El ransomware se convirtió en una grave amenaza para las empresas y el robo de identidad para las personas. Afortunadamente, la ciberseguridad ha ido ganando terreno y, con la implementación de estrategias de ciberseguridad, se ha reducido significativamente el número de incidentes denunciados.
Sin embargo, cada día surgen nuevas amenazas, y las acciones maliciosas o accidentales siguen dando lugar a incidentes en los que se pone en riesgo el dinero o la reputación.
Ahora más que nunca se necesita una estrategia de ciberseguridad bien diseñada, acompañada de políticas, procedimientos y activos de ciberseguridad.
Componentes clave de una estrategia de ciberseguridad
Una estrategia de ciberseguridad bien definida suele incluir algunos componentes clave. Aquí hay 10:
1. Evaluación de riesgos
- Identificar los activos: comprender los sistemas, datos y activos críticos que necesitan protección.
- Identificar las amenazas: Analizar los tipos de amenazas (por ejemplo, malware, phishing, ransomware, amenazas internas) a las que la organización es vulnerable.
- Evaluación de riesgos: Evalúe la probabilidad y el impacto de estas amenazas en la organización.
2. Políticas y procedimientos de seguridad
- Desarrollar políticas de seguridad formales que definan cómo se deben implementar y mantener las medidas de seguridad.
- Establecer procedimientos de respuesta a incidentes para hacer frente a violaciones o ciberataques.
- Asegúrese de que las políticas se ajusten a los requisitos normativos y de cumplimiento del sector (por ejemplo, el RGPD o la HIPAA).
3. Tecnología y herramientas
- Cortafuegos y sistemas de detección de intrusiones (IDS/IPS): Implemente seguridad perimetral para supervisar y bloquear el tráfico sospechoso.
- Cifrado: proteja los datos en reposo y en tránsito mediante algoritmos de cifrado robustos.
- Control de acceso y gestión de identidades: Asegúrese de que solo los usuarios autorizados puedan acceder a los sistemas y datos confidenciales mediante la autenticación multifactorial y los controles de acceso basados en roles.
- Antimalware y seguridad de los puntos finales: utilice herramientas para prevenir y detectar malware o actividades sospechosas en los dispositivos finales.
4. Concienciación y formación en materia de seguridad
- Formación de los empleados: Impartir sesiones de formación periódicas a los empleados sobre las mejores prácticas de seguridad y el reconocimiento de posibles amenazas cibernéticas, como los ataques de phishing.
- Cultura de seguridad: Fomentar una cultura de concienciación sobre la ciberseguridad en la que la seguridad sea una prioridad para todos los miembros de la organización.
5. Supervisión y detección
- Implemente sistemas de supervisión continua que rastreen y analicen el tráfico de red, los registros y las actividades de los usuarios.
- Utilizar herramientas de gestión de información y eventos de seguridad (SIEM) para detectar anomalías, eventos de seguridad e infracciones en tiempo real.
6. Respuesta ante incidentes y recuperación
- Crear un plan de respuesta ante incidentes que describa las medidas que se deben tomar en caso de un incidente cibernético, incluidas las estrategias de comunicación y las medidas de contención.
- Desarrolle un plan de recuperación ante desastres para restaurar rápidamente los sistemas y los datos después de una violación o un ataque, minimizando el tiempo de inactividad y las pérdidas.
7. Consideraciones legales y de cumplimiento normativo
- Asegúrese de que su estrategia de ciberseguridad cumple los requisitos legales y normativos necesarios, como las leyes de protección de datos y las normas específicas del sector.
- Realice auditorías periódicas para verificar el cumplimiento y actualice las políticas según sea necesario.
8. Pruebas y actualizaciones periódicas
- Realice evaluaciones de vulnerabilidad y pruebas de penetración periódicas para identificar los puntos débiles de los sistemas.
- Gestión de parches: asegúrese de que el software y los sistemas se actualicen periódicamente para protegerse contra vulnerabilidades conocidas.
- Revise y mejore continuamente la estrategia de ciberseguridad a medida que surgen nuevas amenazas y tecnologías.
9. Colaboración e intercambio de información
- Colaborar con otras organizaciones y comunidades de ciberseguridad para compartir información sobre amenazas emergentes y mejores prácticas.
- Participar en redes de inteligencia sobre amenazas para adelantarse a los nuevos riesgos.
10. Gobernanza y apoyo al liderazgo
- Obtenga el apoyo de los ejecutivos para garantizar que la ciberseguridad sea una prioridad a nivel de liderazgo.
- Establezca un marco de gobernanza de la ciberseguridad para asignar funciones, responsabilidades y rendición de cuentas en materia de ciberseguridad en toda la organización. Al abordar estos componentes, una estrategia de ciberseguridad puede ayudar a las organizaciones a mitigar los riesgos, reducir el impacto de los ciberataques y garantizar la continuidad del negocio.
Desarrollo de una estrategia de ciberseguridad
El desarrollo de una estrategia de ciberseguridad no es muy diferente del desarrollo de otras estrategias empresariales. Consta de cuatro etapas básicas:
- Identificación y evaluación
- Establecimiento de objetivos y metas;
- Definición de criterios y métricas de éxito;
- Identificar los activos que deben protegerse y el nivel de protección necesario, por ejemplo, los sistemas financieros y los datos;
- Identificar las vulnerabilidades conocidas y las posibles amenazas que las explotan; y
- Asignar probabilidades y el efecto de cada una para crear categorías de amenazas.
- Identificar contramedidas
- Evaluar las soluciones de software disponibles en el mercado y su implementación asociada, así como sus costes y beneficios continuos. Es probable que esto implique a terceros; y
- Evaluar y modificar las políticas y procedimientos internos como parte de una estrategia de mitigación y prevención de riesgos.
- Desarrollar una estrategia que aborde los riesgos y amenazas:
- Desarrollar una hoja de ruta o un plan de implementación que incluya:
- Las implicaciones para los recursos humanos, en particular la asignación de recursos, la formación y la sensibilización. Esta puede ser la área más complicada;
- Cualquier implicación en la infraestructura, tanto en TI como en otros ámbitos. Por ejemplo, la introducción de acceso controlado a algunas áreas de negocio
- Definición de las actividades en curso y los recursos necesarios para mantener la estrategia actualizada.
- Desarrollar una hoja de ruta o un plan de implementación que incluya:
- Implementación de la estrategia: Se trata de un ejercicio estándar de gestión de proyectos de implementación para poner en práctica la estrategia definida anteriormente. Algunas actividades clave serán:
- Planificación del proyecto para la implementación;
- Asignación de presupuestos y recursos;
- Implementación del programa de formación y sensibilización de RR. HH.;
- Modificación de la infraestructura, por ejemplo, acceso mediante teclado a áreas seguras; y
- Implementación de software;
No se trata de una tarea puntual. La naturaleza variable de las amenazas cibernéticas y la aparición diaria de nuevas amenazas hacen que sea una necesidad constante. En entornos corporativos, es necesario realizar una revisión cuando se consideran nuevos procesos y procedimientos, por ejemplo, al cambiar la maquinaria de producción e introducir dispositivos del Internet de las cosas (IoT).
Ciberseguridad en grandes empresas frente a pequeñas empresas
Los objetivos y metas básicos de la ciberseguridad en las grandes y pequeñas empresas son esencialmente los mismos: la prevención de daños causados por actividades que comprometen los sistemas y los datos. La principal diferencia es la escala. Tanto las grandes como las pequeñas empresas se enfrentan a amenazas, pero los enfoques en materia de seguridad, riesgos y recursos difieren significativamente. Comprender las diferencias y los retos clave entre las grandes y las pequeñas empresas puede ayudar a adaptar la estrategia de ciberseguridad a cada una de ellas. A continuación se presentan ocho aspectos que deben tenerse en cuenta:
1. Escala de recursos
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Grandes empresas:
- Por lo general, las grandes organizaciones cuentan con equipos dedicados a la TI y la ciberseguridad, herramientas avanzadas y presupuestos sustanciales para tecnología y ciberseguridad.
- Pueden invertir en soluciones de seguridad de altocomo centros de operaciones de seguridad (SOC), inteligencia sobre amenazas y supervisión las 24 horas del día.
-
Pequeñas empresas:
- A menudo, las pequeñas empresas carecen de los recursos financieros y del personal de TI dedicado para centrarse exclusivamente en la ciberseguridad.
- La ciberseguridad puede estar a cargo del personal general de TI o subcontratarse a terceros, lo que limita las capacidades avanzadas de supervisión y detección de amenazas.
2. Tipos de amenazas
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Grandes empresas:
- Las organizaciones más grandes son más propensas a ser objeto de ataques sofisticados, como amenazas persistentes avanzadas (APT), ataques a la cadena de suministro o ataques patrocinados por Estados.
- También pueden sufrir ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS) dirigidos o violaciones de datos a gran escala con el objetivo de robar información valiosa, como secretos comerciales o propiedad intelectual.
-
Pequeñas empresas:
- Es posible que las pequeñas empresas no sean objeto de ataques avanzados tan agresivos, pero son más vulnerables a amenazas comunes como el ransomware, el phishing o la ingeniería social.
- Los ciberdelincuentes suelen atacar a las pequeñas empresas porque saben que estas pueden carecer de defensas sólidas y se consideran "presas fáciles".”
3. Riesgo e impacto
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Grandes empresas:
- El impacto de una infracción en una gran empresa puede ser grave en términos de pérdidas financieras, daño a la reputación y posibles sanciones reglamentarias. Sin embargo, a menudo cuentan con los recursos necesarios para recuperarse más rápidamente.
- Los riesgos de cumplimiento suelen ser mayores para las grandes empresas, ya que deben cumplir con múltiples normativas, como el RGPD, la SOX y la HIPAA, dependiendo de los sectores en los que operan.
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Pequeñas empresas:
- Un ataque exitoso contra una pequeña empresa puede ser devastador y provocar el cierre de la misma si el impacto financiero es demasiado grave.
- Es posible que las pequeñas empresas no cuenten con un seguro cibernético adecuado, lo que las deja vulnerables a los costos totales de un ataque.
- El daño a la reputación también es crítico para las pequeñas empresas, ya que la confianza es más difícil de reconstruir y los clientes pueden perderla rápidamente.
4. Infraestructura de seguridad
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Grandes empresas:
- Las grandes empresas suelen tener infraestructuras de TI más complejas, que incluyen múltiples oficinas, entornos en la nube, cadenas de suministro y, posiblemente, operaciones globales, lo que aumenta la superficie de ataque.
- Invierten en tecnologías de seguridad avanzadas, como cortafuegos, sistemas de detección y respuesta en puntos finales (EDR), sistemas de detección de intrusiones (IDS), SIEM y plataformas de inteligencia sobre amenazas.
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Pequeñas empresas:
- Las pequeñas empresas suelen tener infraestructuras más sencillas, pero esto no significa que sean más fáciles de defender. De hecho, pueden carecer de elementos básicos como el cifrado, una configuración adecuada del cortafuegos o estrategias de copia de seguridad.
- Muchas pequeñas empresas dependen de servicios en la nube como Google Workspace o Microsoft 365, pero si no configuran estos entornos de forma segura, son vulnerables a ataques como las configuraciones erróneas en la nube.
5. Concienciación y formación en materia de seguridad
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Grandes empresas:
- Las grandes empresas pueden impartir formación frecuente sobre concienciación en materia de ciberseguridad y simular ataques para preparar a los empleados ante amenazas reales.
- A menudo establecen una cultura de seguridad en múltiples niveles de la organización, lo que garantiza que todos los empleados, desde los de nivel básico hasta los directivos, comprendan su papel en la protección de la empresa.
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Pequeñas empresas:
- Las empresas más pequeñas suelen pasar por alto la importancia de la formación debido a sus recursos limitados. Es posible que los empleados no reciban formación suficiente para reconocer los ataques de phishing, practicar la higiene de las contraseñas o manejar los datos confidenciales de forma segura.
- La concienciación sobre la seguridad puede ser menor, lo que hace que los empleados sean más vulnerables a los ataques comunes de ingeniería social.
6. Cumplimiento normativo y regulaciones
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Grandes empresas:
- El cumplimiento normativo es un aspecto importante para las grandes empresas, ya que están sujetas con mayor frecuencia a auditorías normativas y obligaciones legales en virtud de marcos como PCI-DSS, HIPAA, SOX y GDPR.
- A menudo cuentan con equipos jurídicos y de cumplimiento normativo internos para garantizar el cumplimiento de estas normativas, ya que el incumplimiento de las mismas puede acarrear multas considerables.
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Pequeñas empresas:
- Es posible que las pequeñas empresas no estén sujetas a tantos requisitos normativos, pero aún así deben cumplir con las normas específicas del sector, especialmente en sectores como la sanidad y las finanzas.
- Sin embargo, el cumplimiento normativo puede considerarse una prioridad menor en comparación con las grandes empresas, lo que puede dar lugar a posibles riesgos legales y financieros.
7. Herramientas de ciberseguridad
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Grandes empresas:
- Las grandes organizaciones pueden invertir en soluciones de ciberseguridad de nivel empresarial que ofrecen una protección integral. Entre ellas se incluyen plataformas de protección de terminales, herramientas de cifrado, autenticación multifactorial (MFA) y segmentación de redes.
- También pueden permitirse realizar pruebas de penetración periódicas y ejercicios de simulación de amenazas de ciberseguridad ("equipo rojo") para identificar vulnerabilidades.
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Pequeñas empresas:
- Las pequeñas empresas suelen recurrir a soluciones de ciberseguridad asequibles y todo en uno o a proveedores de servicios de seguridad gestionados (MSSP) para satisfacer sus necesidades.
- Es posible que no puedan implementar tecnología de vanguardia, pero incluso herramientas de bajo coste como VPN, antimalware, cortafuegos y gestores de contraseñas pueden mejorar significativamente la seguridad.
8. Respuesta ante incidentes y recuperación
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Grandes empresas:
- Las grandes empresas suelen contar con equipos formales de respuesta a incidentes (IR) o incluso con seguros de ciberseguridad para mitigar el impacto financiero de un ataque.
- A menudo realizan ejercicios de recuperación ante desastres y planificación de la continuidad del negocio para garantizar que pueden mantener sus operaciones después de una brecha o un ataque.
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Pequeñas empresas:
- Las pequeñas empresas son menos propensas a contar con un plan estructurado de respuesta a incidentes. Si se produce un ataque, su respuesta puede ser reactiva en lugar de proactiva, lo que puede provocar un tiempo de inactividad prolongado.
- La recuperación puede llevar más tiempo, ya que es posible que no dispongan de los recursos necesarios para restaurar los sistemas rápidamente o para permitirse largos periodos de interrupción operativa.
Consideraciones clave para ambas:
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Grandes empresas:
- Necesitan proteger una superficie de ataque grande y compleja.
- Deben equilibrar múltiples normativas y mantener un alto nivel de madurez en materia de seguridad.
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Pequeñas empresas:
- Necesitan una solución más rentable y fácil de implementar.
- Puede beneficiarse de la externalización y centrarse en prácticas de seguridad esenciales, como la aplicación de parches y la formación básica de los empleados.
Manténgase a la vanguardia con su estrategia de ciberseguridad
En resumen, tanto las grandes como las pequeñas empresas deben adoptar estrategias de ciberseguridad que se ajusten a su tamaño, perfil de riesgo y recursos disponibles. Las grandes empresas requieren soluciones más sofisticadas debido a su escala, pero las pequeñas empresas, aunque se enfrentan a menos amenazas específicas, pueden ser igual de vulnerables si no cuentan con defensas básicas y asequibles.
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DemostraciónFAQs
En pocas palabras, las estrategias de ciberseguridad son planes integrales que las organizaciones o los individuos implementan para proteger sus activos digitales, sistemas de información y datos frente a las amenazas cibernéticas. Estas estrategias implican una combinación de tecnología, políticas y prácticas para prevenir, detectar y responder a los ciberataques.
Las siete estrategias de ciberseguridad suelen destacarse en los marcos gubernamentales e industriales para proporcionar un enfoque estructurado a las organizaciones para defenderse de las amenazas cibernéticas. Estas estrategias forman parte de iniciativas de seguridad nacional y marcos de ciberseguridad, como los del Centro Australiano de Ciberseguridad (ACSC) y otras agencias globales.
Aunque la agrupación específica puede variar ligeramente, las siete estrategias principales suelen incluir:
1. Lista blanca de aplicaciones
2. Aplicar parches a las aplicaciones
3. Configurar los ajustes de macros de Microsoft Office
4. Fortalecimiento de aplicaciones de usuario
5. Restricción de privilegios administrativos
6. Parches para sistemas operativos
7. Autenticación multifactor (MFA)
El desarrollo de una estrategia de ciberseguridad suele constar de tres etapas básicas:
Etapa uno: Identificación y evaluación
Comience por establecer objetivos y metas claros. A continuación, defina los criterios y métricas para medir el éxito. Identifique los activos críticos, como los sistemas financieros y los datos, y determine los niveles de protección necesarios. A continuación, evalúe las vulnerabilidades conocidas y las amenazas potenciales que podrían explotarlas. Por último, asigne probabilidades e impactos a estas amenazas para clasificarlas y priorizarlas.
Etapa 2: Identificación de contramedidas
Esta etapa consiste en evaluar las soluciones de software disponibles en el mercado, teniendo en cuenta su implementación, los costes continuos y los beneficios, lo que a menudo requiere la participación de terceros. Además, revise y ajuste las políticas y procedimientos internos para mitigar los riesgos y evitar posibles amenazas.
Etapa 3: Desarrollo de una estrategia que aborde los riesgos y las amenazas:
Por último, en esta etapa, se crea una hoja de ruta clara que se centra en la asignación de recursos, la formación del personal y la sensibilización. Considere cualquier cambio necesario en la infraestructura, como el acceso controlado a áreas específicas de la empresa. Es importante esbozar las actividades en curso y los recursos necesarios para mantener la estrategia actualizada y eficaz.

