Los ataques de downgrade se han convertido en un tipo de amenaza cibernética extremadamente grave, en la que un atacante logra explotar con éxito las vulnerabilidades obligando a los sistemas a utilizar protocolos de seguridad obsoletos. Estos ataques también aprovechan los estándares más antiguos que muchos sistemas aún admiten, incluidos los que pueden no contener las fuertes protecciones que se encuentran en los protocolos más nuevos. Dado que los ciberataques han costado continuamente a las empresas millones de dólares cada año, es de suma importancia que las organizaciones comprendan estos ataques de downgrade para poder crear medidas de defensa resilientes.
De hecho, se cree que el coste global de la ciberdelincuencia aumentará hasta los 10,5 billones de dólares anuales en 2025, lo que indica que es necesario implementar medidas de ciberseguridad muy avanzadas. Esta impactante cifra ilustra claramente que ninguna organización, grande o pequeña, puede permitirse el lujo de ser complaciente con respecto a las amenazas emergentes de la ciberdelincuencia, incluidos los ataques de downgrade.
Este artículo examina los ataques de downgrade, sus mecanismos, sus repercusiones y sus diversos tipos. Más adelante, abordamos los riesgos de los ataques de downgrade, las estrategias de prevención eficaces y ejemplos del mundo real. También analizaremos cómo los ciberdelincuentes utilizan diferentes metodologías de ataque de degradación para explotar las debilidades del sistema.
¿Qué son los ataques de degradación?
Un ataque de degradación es un tipo de ataque que obliga a los sistemas a degradarse a un protocolo o estándar de cifrado más antiguo y menos seguro. Los atacantes también aprovechan los protocolos heredados que aún pueden estar en una red, lo que compromete aún más la seguridad de un sistema y permite la interceptación y la manipulación de datos. Una encuesta indica que cerca del 45 % de las organizaciones cuentan con un plan de cifrado general o una estrategia de ciberseguridad. Sin embargo, sin embargo, significa que aproximadamente la mitad de ellas siguen utilizando estándares de cifrado heredados, lo que crea vulnerabilidades a los ataques de degradación. Estos ataques son especialmente peligrosos porque explotan el factor humano, que es la tendencia natural de las personas a pasar por alto elementos antiguos y supuestamente inofensivos de una red. Estos elementos suelen considerarse de bajo riesgo, pero en realidad proporcionan un punto de entrada fácil para los atacantes.
Los ataques de degradación de la ciberseguridad aprovechan las funciones de compatibilidad que la mayoría de los sistemas emplean para comunicarse con tecnologías más antiguas. Aunque mantener la compatibilidad con versiones anteriores es bueno para la funcionalidad y una mayor accesibilidad, a menudo se convierte en un inconveniente en términos de seguridad. Los hackers aprovechan estas características al reconocer que los protocolos antiguos son vulnerabilidades débiles que pueden explotarse fácilmente. El proceso de intentar mantener los sistemas actualizados y, al mismo tiempo, mantener la interoperabilidad con tecnologías anteriores plantea muchos retos, lo que hace que proteger los sistemas contra los ataques de downgrade sea aún más difícil.
¿Cuál es el impacto de un ataque de downgrade?
Los ataques de downgrade pueden ser muy devastadores, especialmente para las organizaciones que manejan datos confidenciales o privados. Estos ataques pueden provocar violaciones de datos, pérdidas económicas y graves daños a la reputación. Los factores que se describen a continuación son los principales impactos de los ataques de downgrade, y es esencial comprenderlos:
- Violaciones de datos: Los ataques de degradación pueden provocar directamente fugas de datos en las que se obliga al sistema a utilizar protocolos inseguros y se pueden interceptar datos confidenciales. Un informe muestra que más del 62 % de las fugas se deben al robo o la fuerza bruta de las credenciales. El uso de estándares de seguridad obsoletos supone un riesgo crítico para la seguridad, ya que puede provocar que los hackers roben las credenciales. Estas violaciones expondrían la información de los clientes, la propiedad intelectual o los datos financieros, lo que provocaría graves repercusiones financieras y legales.
- Pérdidas financieras: Los costes de los ataques de degradación pueden suponer una carga financiera si se tienen en cuenta las pérdidas sufridas directamente en forma de robos, multas asociadas al incumplimiento de la legislación y medidas correctivas. Las repercusiones financieras suelen incluir el coste de notificar a las partes implicadas, ofrecer protección de identidad a las partes afectadas y los esfuerzos de reparación de los sistemas que puedan haber resultado dañados. A menudo, los daños financieros pueden ir más allá de los costes de respuesta inmediata, y una empresa puede verse afectada en su rentabilidad durante períodos más prolongados.
- Daño a la reputación: Este tipo de ataque puede dañar gravemente la reputación de una organización, especialmente en el caso de que se comprometa la seguridad de los datos de los clientes. Cuando el cliente pierde la confianza en la capacidad de una organización para proteger los datos, esto suele traducirse en la pérdida de clientes y en una disminución de la fidelidad a la marca. El daño a la reputación puede ser más difícil de revertir y, por ejemplo, puede provocar un período prolongado de pérdida de ingresos, con la dificultad añadida de recuperar a los clientes perdidos.
- Sanciones normativas y de cumplimiento: Algunos de los sectores más afectados por las sanciones normativas y de cumplimiento son el financiero y el sanitario. El incumplimiento de las normas de seguridad de los datos puede dar lugar a multas y demandas judiciales cuantiosas. Además, los ataques de degradación hacen que las empresas incumplan normativas rigurosas como el RGPD o la HIPAA. El incumplimiento no solo acarrea sanciones económicas, sino que también somete a las organizaciones a un intenso escrutinio, lo que aumenta aún más el coste de las violaciones de datos y reduce la credibilidad de la marca.
- Interrupciones operativas: Los ataques de degradación también pueden provocar importantes interrupciones operativas. El proceso de identificación de un ataque puede implicar la desactivación de algunos de los sistemas, lo que provoca cierto tiempo de inactividad. El tiempo de inactividad afecta a la productividad. Debido a ello, es posible que algunos servicios no se presten como se esperaba, lo que podría incluso infringir los acuerdos de nivel de servicio (SLA). El coste de restablecer el funcionamiento normal se incorpora al coste total de un ataque.
¿Cómo funciona un ataque de degradación?
Para comprender cómo funcionan los ataques de degradación, es necesario entender por qué estos ataques pueden ser graves y perjudiciales para los sistemas. La idea general de un ataque de degradación es obligar a un sistema a utilizar protocolos más débiles o métodos de cifrado más antiguos que son más fáciles de explotar. En esta sección, explicamos cómo funciona un ataque de degradación, es decir, qué tácticas utiliza un atacante para aprovechar las debilidades de los sistemas y qué pasos son necesarios para evitar que un sistema se vea comprometido.
- Identificación de sistemas vulnerables: El primer paso en un ataque de degradación es identificar los sistemas que aún admiten protocolos antiguos o estándares de cifrado antiguos. El escaneo del entorno de red suele identificar áreas con vulnerabilidades compatibles con versiones anteriores, ya que los atacantes buscan el mejor punto de ataque.
- Aprovechamiento de la compatibilidad de protocolos: Muchos sistemas están configurados para permitir la compatibilidad con estándares antiguos, lo que garantiza la interacción entre dispositivos. Los atacantes obligan a los sistemas a volver a un protocolo antiguo menos seguro. Esto se suele hacer a través de lagunas en la configuración o aprovechando las vulnerabilidades del manejo de protocolos. Esto reducirá posteriormente el nivel de seguridad de todo el sistema.
- Manipulación del protocolo de enlace: La mayoría de los ataques de degradación interfieren en el protocolo de comunicación inicial entre un cliente y un servidor. En TLS (Transport Layer Security), por ejemplo, al realizar un protocolo, los atacantes pueden interrumpir el proceso de negociación, obligando al servidor y al cliente a utilizar una versión más antigua del protocolo que carece de actualizaciones de seguridad esenciales. Por lo tanto, este escenario quedará con una brecha de seguridad que los atacantes pueden aprovechar, lo que les permite interceptar datos o insertar contenido malicioso.lt;/li>
- Interceptación y manipulación de datos: Una vez que se han implementado los protocolos antiguos, los atacantes pueden interceptar y manipular fácilmente los datos que se transmiten. Por ejemplo, pueden espiar comunicaciones confidenciales, extraer información valiosa o incluso alterar el contenido de los mensajes. Esto hace que los ataques de degradación sean muy eficaces para el espionaje, el robo de datos y otras actividades maliciosas.
- Acceso no autorizado: Por último, tras obtener acceso a través de un protocolo débil, los atacantes pueden utilizar otras herramientas para acceder sin autorización al sistema. Estas pueden consistir en robar credenciales de inicio de sesión, eludir medidas de autenticación u obtener acceso privilegiado a recursos críticos de la red. Obtener acceso no autorizado proporcionará al hacker la oportunidad de continuar con la explotación, como el despliegue de malware o el robo de datos.
Riesgos de los ataques de downgrade
Los ataques de downgrade plantean una serie de riesgos que comprometen la seguridad y la estabilidad operativa de una organización. A continuación se enumeran algunos de los riesgos asociados a los ataques de downgrade y las razones por las que requieren una atención especial y una protección activa:
- Interceptación de datos: Los ataques de degradación exponen datos confidenciales y cifrados a los atacantes, lo que aumenta considerablemente la posibilidad de acceso no autorizado. Esto significa que la información crítica sobre los registros de los clientes, la información financiera o la propiedad intelectual caerá en manos de los atacantes, que la utilizarán con fines maliciosos una vez que obtengan acceso a ella. Las consecuencias pueden ser aún peores, por ejemplo, y pueden dar lugar a robos de identidad, fraudes financieros o incluso espionaje corporativo.
- Pérdida de integridad de los datos: Si los protocolos se debilitan, los atacantes pueden modificar o corromper los datos, lo que los hace poco fiables y poco seguros. Esto puede dar lugar a decisiones empresariales erróneas, pérdida de confianza y una importante interrupción de las operaciones. Por ejemplo, la manipulación de datos financieros puede dar lugar a registros contables incorrectos, lo que afecta a los informes trimestrales y confunde a las partes interesadas.
- Mayor vulnerabilidad a otros ataques: La degradación de los protocolos de seguridad deja los sistemas expuestos a otros ataques, como los ataques de intermediario. Estos ataques se ven facilitados por un cifrado débil, lo que provoca más problemas de seguridad de forma cascada. Los atacantes que podrían rebajar los protocolos podrían utilizarlo como trampolín para instalar otros tipos de malware. Es fundamental saber que una sola brecha puede comprometer toda una red.
- Riesgos normativos y de cumplimiento: Los protocolos obsoletos también pueden infringir diversas normativas, como el RGPD o la CCPA. Cualquier incumplimiento podría acarrear graves consecuencias legales y financieras para la organización. El incumplimiento perjudica la reputación de las organizaciones. Provoca que los consumidores y socios desconfíen de la organización. El aumento del escrutinio de los reguladores obliga a las empresas a seguir las normas de protección de datos, y cualquier incumplimiento tiene consecuencias muy graves. Las pruebas de cumplimiento tras un ataque suelen ser procesos largos y costosos.
- Interrupciones operativas: Los ataques de degradación son costosos, ya que se interrumpen operaciones importantes porque los sistemas afectados deben repararse y protegerse. Los recursos necesarios para resolver el incidente tienen un impacto significativo tanto en las finanzas como en los recursos humanos. El tiempo de inactividad no es solo un problema relacionado con la pérdida de productividad, sino que se extiende a todos los componentes de la cadena de suministro y afecta negativamente a los servicios prestados y a los requisitos contractuales que deben cumplirse.
Tipos de ataques de degradación
Existen varios tipos de ataques de degradación, cada uno de los cuales se dirige a vulnerabilidades específicas que pueden existir en un sistema o protocolo para comprometer la seguridad. Estos van desde los que atacan los estándares de cifrado de seguridad hasta los que manipulan los protocolos de autenticación, exponiendo así a los sistemas a diferentes grados de riesgo. A continuación se presentan los cinco tipos principales de ataques de downgrade, cada uno de los cuales representa una amenaza única para la seguridad de las organizaciones:
- Ataques de downgrade TLS/SSL: Los atacantes degradan los sistemas para utilizar protocolos TLS/SSL más antiguos con cifrados más débiles, exponiendo así datos confidenciales. Los ataques de degradación TLS/SSL se utilizan principalmente contra sitios web y servicios en línea, lo que significa que los datos enviados entre dos partes están en riesgo. Estos ataques se dirigen a las vulnerabilidades que no se han corregido en las versiones anteriores, lo que ofrece un punto de entrada a estos ciberdelincuentes.
- Ataques de degradación del cifrado: Estos ataques utilizan estándares de cifrado débiles, lo que facilita la interceptación y el compromiso de los datos. Los atacantes comprometen la eficacia del cifrado obligando a los sistemas a aceptar algoritmos criptográficos antiguos que son menos seguros. Este ataque aprovecha el hecho de que muchas organizaciones admiten métodos criptográficos obsoletos por motivos de compatibilidad, aunque ya no sean seguros.
- Ataques de degradación de protocolo: Se utilizan protocolos inseguros como HTTP en lugar de HTTPS, lo que permite a los piratas informáticos mantener la transmisión segura de datos. A través de este modo de revertir los sistemas a protocolos inseguros, los datos pueden ser interceptados y alterados, lo que conlleva la posible pérdida de información confidencial. La diferencia entre HTTP y HTTPS es fundamental. Con HTTPS, los datos se cifran para que el atacante no pueda leer la información, pero HTTP envía la información en texto plano, lo que la hace vulnerable a los ataques de los hackers.
- Ataques de degradación de la autenticación: Los atacantes se centran en métodos de autenticación más antiguos y menos seguros, lo que aumenta el riesgo de acceso no autorizado. Estos métodos suelen ser más susceptibles a ataques como el relleno de credenciales o los intentos de fuerza bruta. Los protocolos de autenticación heredados, como la autenticación HTTP básica o las versiones antiguas de Kerberos, son objetivos comunes debido a su seguridad relativamente más débil en comparación con las alternativas modernas.
- Ataques de degradación del navegador: La manipulación de las versiones del navegador permite a los atacantes explotar vulnerabilidades conocidas que proporcionan acceso no autorizado. Los atacantes pueden engañar a los usuarios para que utilicen versiones antiguas de navegadores con fallos de seguridad pendientes que luego pueden utilizar en su beneficio. Por ejemplo, es posible que las versiones obsoletas de los navegadores no reciban parches relacionados con vulnerabilidades que permiten la ejecución remota de código, lo que permite a los atacantes tomar el control total de las sesiones de los usuarios.
¿Cómo protegerse contra los ataques de degradación?
La prevención de los ataques de degradación requiere un enfoque holístico, que comienza con mecanismos estrictos para garantizar que solo se utilicen protocolos seguros, actualizaciones de las prácticas de cifrado y la gestión de las configuraciones del sistema. Algunas estrategias mediante las cuales las organizaciones pueden proteger sus sistemas incluyen las siguientes:
- Aplicar normas de protocolo: Solo se deben permitir protocolos seguros y actualizados para evitar la explotación de estándares antiguos. Implemente comprobaciones periódicas para detectar la habilitación de protocolos antiguos. Las organizaciones también deben considerar una política rigurosa de obsolescencia de protocolos: desactivar los protocolos antiguos poco después de ser sustituidos por versiones mejores.
- Actualizar periódicamente el cifrado: Mantenga actualizadas las prácticas de cifrado para garantizar una protección sólida de los datos. Las actualizaciones de cifrado deben aplicarse en ciclos de mantenimiento rutinarios para evitar posibles explotaciones. Mantenerse al día de los últimos avances en criptografía garantiza que la organización utilice siempre las opciones más seguras disponibles, lo que reduce la vulnerabilidad.
- Desactive los protocolos heredados: Desactive los protocolos obsoletos para ayudar a minimizar las vulnerabilidades de la red. Los protocolos heredados son una de las puertas traseras más explotadas en un ataque de degradación. La mayoría de los sistemas mantienen la compatibilidad con protocolos antiguos por comodidad, aunque esta comodidad suele tener un alto precio en términos de seguridad. Garantizar que los sistemas solo se comuniquen utilizando protocolos seguros modernos podría ser la defensa más importante.
- Supervisar los indicadores de intentos de downgrade: Es esencial supervisar regularmente los sistemas en busca de signos de un ataque de downgrade, ya que esto permite identificar y rectificar los problemas lo antes posible en la cadena. Indicaciones como cambios imprevistos en el protocolo pueden indicar un ataque en curso. Por lo tanto, la supervisión debe ser proactiva, ya que se establecerían alertas sobre actividades anómalas en la negociación del protocolo, y se produciría una respuesta y mitigación oportunas antes de que el daño se volviera crítico.
- Formar a los equipos en protocolos seguros: La formación es un aspecto importante para que el equipo conozca y cumpla las normas de protocolos seguros. Por lo tanto, hay una mínima posibilidad de que se produzcan degradaciones accidentales. Un personal informado es la primera línea de defensa contra las vulnerabilidades accidentales. Los equipos de TI y seguridad deben estar bien informados sobre los riesgos que plantean los sistemas heredados y deben abogar activamente por la desactivación de las tecnologías antiguas.
Estrategias de prevención de ataques de degradación
La primera línea de defensa contra los ataques de degradación es establecer mecanismos preventivos que garanticen un entorno seguro y resistente. Al proteger los sistemas contra vulnerabilidades específicas, una organización reduce la probabilidad de que un hacker aproveche esas vulnerabilidades. Cada una de las siguientes estrategias de prevención de ataques de downgrade describe una forma de desarrollar un marco defensivo sólido y proactivo.
- Implementar políticas de cifrado adecuadas: Las políticas de cifrado adecuadas actúan como prevención y protección contra los intentos de downgrade mediante la implementación de los máximos niveles de seguridad. Las organizaciones deben encargarse de revisar y actualizar estas políticas periódicamente en función de las amenazas cambiantes. El cifrado de alto nivel sienta las bases para proteger los datos. Sin embargo, estos altos niveles de cifrado deben incluir siempre directrices claras.
- Utilizar la autenticación multifactorial (MFA): La MFA proporciona una protección adicional contra el éxito de los ataques de degradación basados en la autenticación mediante la acumulación de barreras. Incluso si un factor es vulnerable, los piratas informáticos seguirían enfrentándose a barreras difíciles entre el acceso y la acción no autorizada. También ayuda a reducir los ataques de phishing, lo que hace que la herramienta sea bastante diversificada en materia de seguridad.
- Auditorías periódicas: Las auditorías frecuentes suelen revelar vulnerabilidades que se explotan en un ataque de degradación, lo que garantiza su corrección a tiempo. Estas auditorías deben diseñarse para detectar protocolos antiguos y supervisar el cumplimiento. Las auditorías de seguridad exhaustivas revelan vulnerabilidades, pero también refinan y actualizan las políticas de seguridad en función de las amenazas emergentes.
- Automatizar las actualizaciones de seguridad: La automatización mantiene los protocolos y los sistemas actualizados, lo que reduce los riesgos de configuraciones expuestas. Los sistemas automatizados permiten minimizar las posibilidades de errores humanos que podrían dar lugar a vulnerabilidades. Aproveche la automatización al aplicar parches y actualizaciones en todos los sistemas de manera uniforme para garantizar que no haya puntos débiles.
- Implemente sistemas de detección de intrusiones (IDS): Las herramientas IDS supervisan los intentos de degradación en tiempo real, lo que garantiza que las respuestas se puedan generar de forma rápida y eficaz. Los IDS permiten detectar rápidamente actividades poco comunes, lo que evita que los ataques se salgan de control. La implementación de IDS proporciona seguridad adicional en cuanto a la detección de la explotación de vulnerabilidades en la negociación de protocolos.
Ejemplos de ataques de degradación
Los ejemplos reales de ataques de downgrade ponen de relieve los enormes efectos que estas amenazas pueden tener en las organizaciones. En esta sección, destacaremos algunos casos notables de ataques de downgrade y las consecuencias que provocaron. Estos ejemplos muestran cómo, a través de las vulnerabilidades del sistema, los atacantes han explotado fácilmente los sistemas y han provocado graves brechas de seguridad con compromiso de datos.
- Ataque FREAK: El FREAK, o Factoring ataque a las claves de exportación RSA, se descubrió por primera vez en marzo de 2015, cuando hizo que los sistemas utilizaran cifrados TLS/SSL degradados que hacían que la información confidencial fuera vulnerable a la interceptación. Este tipo de ataque utilizaba una clave criptográfica de grado de exportación, que solía ser obligatoria según la normativa estadounidense de la década de 1990 para la exportación de software. Los atacantes aprovechaban estas claves débiles para interceptar y descifrar muchos servicios web y navegadores , incluidos los navegadores Safari de Apple y Android. FREAK puso de manifiesto los peligros de utilizar métodos criptográficos obsoletos, ya que demostró cómo unas pequeñas debilidades en la compatibilidad con versiones anteriores podían tener consecuencias devastadoras si se explotaban adecuadamente.
- Ataque Logjam: El ataque Logjam se identificó en mayo de 2015 como un ataque a las debilidades del intercambio de claves Diffie-Hellman, que permitía a los atacantes rebajar la seguridad y romper la integridad de los datos. Dependía de que muchos servidores admitieran versiones débiles del protocolo Diffie-Hellman a 512 bits, fácilmente descifrables por los atacantes para descifrar el tráfico. Miles de servidores en todo el mundo, incluidas las VPN y los sitios web HTTPS, se volvieron potencialmente vulnerables a las comunicaciones seguras. El ataque Logjam funcionaba engañando al servidor para que utilizara claves débiles en una conexión, lo que debilitaba el cifrado y permitía a los hackers interceptar cualquier dato enviado a través del canal supuestamente seguro o inyectar cualquier cosa, desde anuncios hasta malware, en los canales cifrados.
- Ataque POODLE: Los equipos de investigadores de Google descubrieron por primera vez el ataque POODLE (Padding Oracle On Downgraded Legacy Encryption) en octubre de 2014, que aprovecha las degradaciones de SSL 3.0 para interceptar la información de los usuarios que podría enviarse bajo estructuras de relleno defectuosas de los protocolos SSL 3.0. Los atacantes pueden obligar al navegador actual de un usuario a cambiar a SSL 3.0, un protocolo que lleva mucho tiempo en desuso, y luego realizar ataques de intermediario, descifrando datos confidenciales. El ataque POODLE fue una revelación para muchas organizaciones y dio lugar a la desactivación de SSL 3.0 y a la migración hacia protocolos seguros más nuevos, como TLS 1.2, para reforzar su posición de seguridad. Esto también dio lugar al concepto de desuso de los protocolos una vez que se han puesto de manifiesto las vulnerabilidades.
- Ataque DROWN: El DROWN, que significa Descifrar RSA con cifrado obsoleto y debilitado, fue descubierto en marzo de 2016. Las antiguas configuraciones SSL/TLS permitían a los atacantes romper las transmisiones seguras de datos aprovechando las vulnerabilidades de los sistemas que aún admitían SSLv2. Millones de servidores seguían admitiendo SSLv2, a pesar de que ya no se consideraba seguro, lo que los hacía vulnerables a ataques entre protocolos que exponían datos confidenciales a través de conexiones seguras. Este ataque ya había afectado a más de 11 millones de sitios web y puso de manifiesto los riesgos asociados a dejar abiertos y en uso protocolos antiguos. DROWN hizo hincapié en la importancia de realizar una auditoría adecuada del sistema y eliminar de forma proactiva las tecnologías de cifrado obsoletas para evitar este tipo de vulnerabilidades.
- Ataque BEAST: El BEAST, que es el Browser Exploit contra SSL/TLS, se descubrió en octubre de 2011 y se dirigía a las debilidades de SSL 3.0 y TLS 1.0, causadas por la forma en que estos protocolos procesaban el cifrado por bloques. Los atacantes podían descifrar las cookies HTTPS seguras y obtener acceso a las sesiones de los usuarios mediante un ataque de tipo "man-in-the-middle". El ataque BEAST demostró cómo las vulnerabilidades de los modos de cifrado por bloques podían manipularse con fines maliciosos, lo que obligó a la comunidad de ciberseguridad a replantearse las prácticas de cifrado. Esto dio lugar a una forma más avanzada de manejar los datos cifrados por parte de los navegadores modernos, que adoptaron modos de cifrado más seguros, como el modo Galois/Counter (GCM), para contrarrestar este tipo de amenazas.
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DemostraciónConclusión
Los ataques de degradación aprovechan los problemas de compatibilidad con versiones anteriores de su infraestructura. Encuentran puntos débiles en diversos procesos de los flujos de trabajo y los sistemas, y los obligan a utilizar protocolos obsoletos. Ahora ya sabe cómo funcionan, qué pueden hacer y qué medidas puede tomar para mitigarlos.
Comprender estos ataques y tomar medidas proactivas, como desactivar los protocolos heredados, establecer normas de seguridad desde el diseño y realizar auditorías de seguridad periódicas, puede ser fundamental para crear una defensa resistente. Conocer los puntos de entrada y los métodos de los atacantes garantizará que los sistemas de las organizaciones estén mejor preparados para estos ataques sigilosos.
Ahora más que nunca, es necesario estar alerta ante los ataques que utilizan tecnologías antiguas, dada la evolución del panorama de la ciberseguridad.
"FAQs
Un ataque de downgrade es un tipo de exploit cibernético en el que un atacante obliga a un sistema o aplicación a cambiar a un protocolo o versión más antigua y débil, a menudo para eludir las medidas de seguridad o explotar vulnerabilidades conocidas. Esto puede tener graves consecuencias para su negocio, como comprometer información confidencial, provocar interrupciones en las operaciones y provocar pérdidas económicas.
Los ataques de downgrade se producen con mayor frecuencia cuando el atacante puede interceptar o alterar la comunicación entre un cliente y un servidor; uno o ambos utilizarán por error una versión de protocolo más débil porque ha cambiado de TLS 1.3 a una versión más antigua y vulnerable de SSL/TLS. Esto puede deberse a una configuración deficiente, a la falta de aplicación del protocolo o a una vulnerabilidad explotada en la pila de red.
Las sospechas de un ataque de degradación pueden surgir por las siguientes razones. Cambios inesperados en las versiones de protocolo utilizadas por sus aplicaciones o servicios, un aumento en las advertencias de ataques de tipo "man-in-the-middle" (MitM), fallos misteriosos del sistema o la presencia de componentes de software desconocidos y obsoletos podrían indicar un ataque de degradación. Las anomalías en el tráfico de red y el mantenimiento adecuado de los registros del sistema serían útiles para la detección temprana.
Evite los ataques de downgrade instalando los últimos parches de seguridad en todos los sistemas, aplicaciones y servicios. Aplique un control adecuado de las versiones de los protocolos utilizando solo la última versión segura en las redes, como TLS 1.3. Supervise el comportamiento del tráfico de red utilizando soluciones de seguridad avanzadas en forma de IDS y NGFW que puedan detectar los ataques de downgrade y prevenirlos.

