Las empresas necesitan diversas estrategias de ciberseguridad para proteger sus sistemas y los datos confidenciales almacenados en ellos de posibles ataques externos. En este sentido, existen dos enfoques que se han debatido ampliamente: la gestión de la superficie de ataque frente a la gestión de vulnerabilidades (VM). Aunque ambos forman parte de la estrategia de defensa de una organización, operan en diferentes aspectos de la seguridad, creando una relación simbiótica para mantener a raya los ciberataques.
La ASM escanea, rastrea y reduce la probabilidad de hackers, que abarca desde sitios web hasta API e IoT. La VM escanea internamente y permanece alerta ante vulnerabilidades conocidas, como software obsoleto, servidores mal configurados, etc.
Ambas estrategias son fundamentales para construir una arquitectura de seguridad adecuada. Solo la Comisión Federal de Comercio informó de más de 1,1 millones de denuncias por robo de identidad en 2022. Este dato ilustra la necesidad de protección, tanto externa como interna, para evitar violaciones de datos y fraudes.
Este artículo profundizará en las diferencias entre la gestión de la superficie de ataque y la gestión de vulnerabilidades. Hablaremos de cómo ambos enfoques se complementan para formar un marco de ciberseguridad más eficaz. Además, analizaremos cómo Singularity™ Cloud Security de SentinelOne puede ayudar a optimizar y automatizar estos enfoques para ofrecer una protección más potente contra las amenazas en constante evolución.
¿Qué es la gestión de la superficie de ataque?
En esencia, la superficie de ataque es un proceso continuo de descubrimiento y mitigación del vector de ataque o el punto de entrada a través del cual es más probable que un ciberdelincuente obtenga acceso no autorizado a la red de una organización. Los componentes expuestos digitalmente, incluidos los activos conocidos y desconocidos, los sitios web, las API, la infraestructura en la nube, dispositivos IoT y cualquier sistema, entran en la superficie de ataque. El objetivo básico de la ASM es permitir a las organizaciones tener una visibilidad total de su sistema digital interno y externo, exponiendo así las posibles vulnerabilidades que podrían ser explotadas por un atacante malintencionado.
Un informe de Palo Alto Networks de 2022 identifica el hecho de que más del 65 % de los incidentes conocidos relacionados con la seguridad en la nube se debieron a configuraciones erróneas en su entorno de nube. La cifra justifica ampliamente por qué es necesario supervisar estas superficies de ataque externas, especialmente ahora que las empresas están implantando soluciones basadas en la nube y ampliando sus operaciones digitales. La TI moderna es demasiado compleja como para que la ASM no sea una necesidad absoluta en materia de ciberseguridad. Cada nuevo activo que se añade, ya sea un sitio web o una aplicación en la nube, aumenta la superficie de ataque, lo que significa que es necesario un monitoreo y una mitigación continuos para reducir la posibilidad de que se produzca una brecha.
La ASM también abarca la gestión de la TI en la sombra, que incluye el software y los dispositivos no gestionados y no autorizados que los empleados introducen en la organización. A menudo, estos representan un porcentaje mucho mayor de la superficie de ataque de una organización cuando no se detectan y no se gestionan. Un enfoque global de la ASM garantiza que las organizaciones se mantengan a la vanguardia de las amenazas emergentes, identificando de forma proactiva los posibles vectores de ataque y las vulnerabilidades que deben corregirse en tiempo real.
¿Qué es la gestión de vulnerabilidades?
Gestión de vulnerabilidades es el proceso sistemático de identificar y analizar las debilidades conocidas en el software, los servidores, las bases de datos y otras infraestructuras de red. La gestión de vulnerabilidades forma parte del proceso de reducción de riesgos, ya que las vulnerabilidades potenciales identificadas pueden ser cualquier punto que un pirata informático podría explotar.
La mayor parte de esto se lleva a cabo mediante herramientas de análisis de vulnerabilidades, que escanean el sistema para determinar su estado de seguridad actual y proporcionan información útil para su corrección. En gran medida, la gestión de vulnerabilidades consiste en defenderse de estos agujeros de seguridad antes de que los hackers puedan utilizarlos en algún tipo de ciberataque.
Según el Ponemon Institute, el 60 % de las violaciones de datos se debieron a una vulnerabilidad sin parchear. Por lo tanto, la gestión de vulnerabilidades es una herramienta clave para combatir y eliminar los ataques evitables, actuando sobre una variedad de vulnerabilidades que incluyen defectos de codificación y también parches de software obsoletos. Los pasos fundamentales que se dan en la gestión de vulnerabilidades incluyen el descubrimiento, la priorización y la corrección. Los marcos de puntuación, como el CVSS, puntúan las vulnerabilidades. Esto libera a los equipos de seguridad para que se centren en los riesgos más importantes, de modo que los parches se apliquen a tiempo, antes de que las vulnerabilidades puedan ser explotadas.
La diferencia fundamental entre VM y ASM radica en el alcance de los activos. VM aborda las vulnerabilidades conocidas en activos preidentificados, pero ASM, al ser proactivo y dinámico, descubre nuevas vulnerabilidades cada vez y es consciente de los riesgos que pueden desencadenar. Juntos conforman toda la gama de sistemas de defensa contra las amenazas cibernéticas.
Diferencia entre la gestión de la superficie de ataque y la gestión de vulnerabilidades
Aunque tanto ASM como VM comparten una naturaleza básica como iniciativas de ciberseguridad para ayudar a la postura de ciberseguridad de una empresa, su alcance, proceso y enfoque son claramente diferentes. Sus funciones son marcadamente distintas como parte de una estrategia global para contrarrestar las amenazas que emanan del exterior, así como las debilidades que surgen desde dentro de la organización.
Ambas representan un enfoque multicapa en la defensa contra las amenazas cibernéticas en constante evolución. A continuación se enumeran las diferencias clave:
- Ámbito de los activos: La ASM tiene una cobertura más amplia, ya que se ocupa de los sistemas de terceros y la TI en la sombra, otras estructuras de TI conectadas a Internet, además de hacer frente a los activos de TI identificados. Esta visibilidad ayuda a garantizar que la exposición de superficies inexploradas no se ponga al alcance de posibles atacantes. ASM descubre nuevas vulnerabilidades que pueden ampliar la superficie accesible para los atacantes. Por su parte, VM se ocupa de gestionar los recursos identificados en las estructuras de la organización, como servidores, centros de datos y aplicaciones, la mayoría de los cuales suelen estar gestionados de forma centralizada.
- Proceso de descubrimiento: ASM siempre está atento a otros activos potenciales, entre los que se incluyen activos web no reconocidos o no autorizados. Esto es especialmente importante en los sistemas en la nube, donde los nuevos programas, software, redes y servicios pueden aumentar rápidamente la huella de vulnerabilidad. Las herramientas ASM pueden funcionar de forma más o menos automática, con notificaciones que ayudan a mostrar los nuevos activos digitales. Por otro lado, los escáneres de VM buscaban aberturas conocidas previamente, por ejemplo, software sin parches o sistemas operativos mal configurados. Incluso como herramienta para mantener la seguridad interna, VM tiene un alcance limitado y, en particular, no puede descubrir otros activos que puedan poner en peligro la seguridad de la organización.
- Enfoque en los riesgos: ASM se centra más en las amenazas externas, ya que evalúa los recursos o puntos de contacto vulnerables a las amenazas externas. Por lo general, cubre problemas como servicios en la nube mal configurados, API reveladas y aplicaciones web sin parches. VM, por otro lado, se ocupa de los riesgos internos, como el software que no está actualizado, tiene una configuración incorrecta o presenta errores en el código fuente presente en la estructura de una empresa. Mientras que ASM se ocupa de los riesgos empresariales generales asociados al acceso externo, VM se ocupa de los riesgos técnicos específicos dentro de la organización.
- Ciclos de supervisión: La frecuencia de escaneo es lo que distingue a ASM de VM. ASM necesita supervisar todos los activos y vectores de ataque relacionados en tiempo real. Dado que el panorama digital de una organización nunca es estático, ya que introduce nuevos servicios y retira otros, las herramientas ASM realizan un seguimiento de estos cambios para que no quede ningún hueco sin escanear que un atacante pueda aprovechar. VM se realiza esencialmente a intervalos, como un evento programado de escaneo en busca de vulnerabilidades. Aunque algunas herramientas avanzadas de VM permiten una supervisión continua, lo más habitual es que las evaluaciones de VM se realicen a intervalos regulares, a menudo desencadenadas por eventos específicos como actualizaciones de software o auditorías.
- Prevención frente a cura: La ASM es proactiva, ya que evita que se produzcan ataques y siempre busca identificar y neutralizar cualquier punto de entrada que pueda ser explotado por los atacantes. Esta reducción de los puntos de entrada elimina las posibilidades de ciberataques. Por otro lado, la VM se considera mucho más reactiva en su enfoque, centrándose en las debilidades que existen dentro del sistema porque podrían convertirse en puntos de entrada. Solo identifica las debilidades conocidas en las que centrarse, que incluyen software sin parches o errores de configuración, donde el sistema se deja abierto hasta que se solucionen esos problemas.
- Puntuación de riesgo: Aunque tanto ASM como VM asignan puntuaciones de riesgo, sus enfoques son diferentes. ASM utiliza la puntuación de riesgo basándose en factores externos, como la exposición de los activos, la importancia para el negocio y el daño potencial al que podría enfrentarse una empresa si se encuentra un activo comprometido. Esta puntuación de riesgo más amplia ayuda a la empresa a identificar en qué activos debe centrarse primero para garantizar su seguridad. VM, en su mayor parte, suele basarse en metodologías estandarizadas de puntuación de riesgo, como el Sistema Común de Puntuación de Vulnerabilidades (CVSS), que tiene en cuenta la gravedad de las vulnerabilidades y sus posibles repercusiones. Mientras que VM se centra en los riesgos técnicos, ASM se amplía para garantizar una visión global que puede considerarse tanto de riesgos técnicos como empresariales.
- Amenazas externas frente a internas: ASM se centra principalmente en las amenazas externas, que son puntos que pueden ser explotados por activos digitales expuestos, como API, aplicaciones web o infraestructura en la nube. Reduce las infracciones mediante la gestión de la huella digital de la organización, eliminando así los posibles puntos de entrada accesibles fuera de la red. Por otro lado, VM se centra en las amenazas y vulnerabilidades internas que se encuentran en la infraestructura gestionada que posee la organización, incluidos los sistemas sin parches y los errores de software, así como las configuraciones incorrectas. Juntos, ASM y VM garantizan que se aborden tanto las amenazas externas como las internas.
- Automatización: Ambos difieren en la aplicación de la automatización. En ASM, las herramientas automatizadas encuentran nuevos activos y luego los evalúan para calcular los riesgos. Con el volumen actual de la infraestructura de TI, es imposible encontrar manualmente todos los activos externos, por lo que se necesita la automatización para mantener la visibilidad en tiempo real. VM detecta vulnerabilidades, pero en general, requiere mucha más mano de obra por parte de los administradores cuando se trata de aplicar parches, correcciones y reconfiguraciones. En una VM, la automatización se limita en gran medida al descubrimiento y la priorización de vulnerabilidades, mientras que ASM utiliza la automatización para la supervisión continua y la evaluación de riesgos de todos los activos digitales.
- Información contextual sobre amenazas: ASM ofrece una visión más orientada al negocio, ya que tiene en cuenta la exposición general del activo y los posibles riesgos externos implicados. Un activo expuesto incluye consideraciones sobre cómo un atacante podría utilizar dicho activo y el daño potencial que podría causar en caso de violación. Esta información puede ayudar en la toma de decisiones críticas de alto nivel, en las que los equipos de seguridad pueden tener en cuenta los riesgos desde el punto de vista de las prioridades empresariales de una organización. Sin embargo, VM proporciona mucha más información técnica, mencionando vulnerabilidades minuciosas dentro de los sistemas de una organización y cómo podrían explotarse. Contextualmente, la información de VM se centra más en soluciones técnicas inmediatas, mientras que ASM ofrece una visión más estratégica del panorama general de riesgos.
Gestión de la superficie de ataque frente a gestión de vulnerabilidades: 9 diferencias fundamentales
Tanto ASM como VM trabajan para proteger a las empresas de convertirse en víctimas de ciberataques, sin embargo, ambas tienen algunas diferencias que son importantes para crear una estrategia de seguridad más completa.
Ambas estrategias están diseñadas para la protección de las organizaciones, pero una cubre un ámbito, un enfoque y una metodología diferentes a los de la otra. A continuación se ofrece una comparación simplificada de ambas estrategias:
| Característica | Gestión de la superficie de ataque (ASM) | Gestión de vulnerabilidades (VM) |
|---|---|---|
| Rango de activos | Abarca los activos conocidos y desconocidos, tanto internos como externos, de la red de la organización. | Solo se ocupa de los activos conocidos y gestionados de la empresa. |
| Frecuencia de supervisión | Supervisión continua y en tiempo real de los activos y los vectores de ataque. | Análisis de vulnerabilidades conocidas de forma programada. |
| Metodología de puntuación de riesgos | Esto comprende la exposición de los activos, el impacto en el negocio y el potencial de ataques externos. | Esta herramienta utiliza puntuaciones técnicas de vulnerabilidad, como CVSS, para priorizar las medidas correctivas. |
| Tipo de amenaza abordada | Cubre principalmente los vectores de ataque externos, que incluyen las API expuestas y la infraestructura en la nube. | Simplemente se refiere a vulnerabilidades internas, como errores de software o configuraciones incorrectas. |
| Proceso de descubrimiento | Identifica nuevos activos digitales, incluida la TI en la sombra. | Evalúa las debilidades de los activos conocidos identificados previamente. |
| Uso de la automatización | Depende principalmente de la automatización para descubrir y controlar los vectores de ataque. | Utiliza herramientas de análisis manuales y automatizadas para detectar vulnerabilidades. |
| Enfoque de gestión de riesgos | Proactivo, con el objetivo de reducir los vectores de ataque antes de que se produzca cualquier explotación. | Reactivo, centrado en corregir y mitigar las vulnerabilidades identificadas. |
| Contexto de amenazas | Ofrece una visión completa de la exposición externa a las amenazas cibernéticas y su impacto en el negocio. | Se centra en las vulnerabilidades técnicas sin tener debidamente en cuenta los riesgos empresariales externos. |
| Estrategia de respuesta | Reduce los vectores de ataque mitigando los riesgos y eliminando algunos posibles puntos de entrada. | Aplica parches o configura una vulnerabilidad específica. |
La tabla comparativa, tal y como se muestra arriba, muestra las diferencias entre ASM y VM. A partir de esto, entendemos cómo ASM aborda una visión más amplia y panorámica de los riesgos de ciberseguridad de una organización mediante la consideración de las amenazas desde perspectivas externas, reduciendo así las superficies de ataque, mientras que VM reduce el número de amenazas mediante una supervisión continua, ya que los cambios se producen digitalmente y surgen nuevas amenazas continuamente. VM aborda las vulnerabilidades conocidas que se encuentran, entre las que se incluyen el software sin parches o un error de configuración. Como resultado, proporciona un enfoque muy específico para tratar los riesgos inmediatos.
Mientras que ASM identifica y reduce de forma proactiva un vector de ataque antes de que pueda ser explotado por un ataque, VM se encarga de corregir las vulnerabilidades conocidas después de que hayan sido descubiertas. Por lo tanto, ambos son importantes para desarrollar una postura de defensa sólida. Las organizaciones que implementan tanto ASM como VM podrían desarrollar otro mecanismo de defensa multicapa, dirigido tanto a las fuentes externas de ataques como a las vulnerabilidades internas.
¿Cómo ayuda SentinelOne?
Singularity™ Cloud Securityde SentinelOne permite a las organizaciones protegerse de los ataques internos y las vulnerabilidades basándose en la superficie de amenaza de la organización. Además, esta potente plataforma única se complementa con una detección avanzada basada en inteligencia artificial, supervisión en tiempo real y corrección, todo ello diseñado para que las organizaciones sean proactivas en la prevención de amenazas dentro de su entorno digital. A continuación se presentan seis formas fundamentales en las que SentinelOne ayuda a reforzar la postura de seguridad de una organización en todos los entornos de nube:
- Detección profunda de activos: La plataforma Singularity™ Cloud Security de SentinelOne detecta automáticamente todos los activos digitales, lo que permite a las organizaciones tener una visibilidad completa de sus superficies de ataque externas e internas. En ese sentido, la plataforma cubre la TI en la sombra y los sistemas de terceros, que normalmente se pasan por alto, pero que son muy importantes para la postura de seguridad de una empresa. La plataforma identifica continuamente nuevos activos, lo que ayuda a cerrar las brechas que pueden exponer a las empresas a amenazas cibernéticas.
- Detección de amenazas en tiempo real: La plataforma utiliza la detección y respuesta en la nube, un proceso que analiza continuamente los entornos en la nube en busca de posibles amenazas de seguridad. Los riesgos, tanto conocidos como desconocidos, se identifican en tiempo real mediante CDR. La capacidad en tiempo real del sistema garantiza que, tan pronto como surjan nuevas vulnerabilidades o vectores de ataque, se puedan tomar medidas inmediatas para neutralizar la amenaza y minimizar así el posible tiempo de inactividad o las infracciones.
- Seguridad basada en IA: Las capacidades basadas en IA de la plataforma Singularity™ ofrecen AI Security Posture Management o AI-SPM, una función mediante la cual la plataforma identifica y mitiga de forma autónoma las amenazas que puedan surgir gracias a las capacidades del aprendizaje automático y la IA. Esto mejora aún más la reducción de la superficie de ataque tan pronto como se conocen las vulnerabilidades, lo que amplifica la seguridad de la nube.
- Integración de la gestión de vulnerabilidades: La plataforma integra la gestión de vulnerabilidades, lo que ayuda a identificar, priorizar y remediar rápidamente cualquier debilidad en los sistemas empresariales. Esta inclusión proactiva garantiza que, antes de que alguien pueda explotar los puntos débiles de la infraestructura de cualquier organización, estos se hayan eliminado sistemáticamente, lo que dificulta a los ciberdelincuentes violar las redes y los sistemas.
- Puntuación continua del riesgo: La plataforma también proporciona gestión en tiempo real de la superficie de ataque externa y puntuación dinámica del riesgo. Los activos se analizan en función de la exposición, la importancia para el negocio y las consecuencias si el activo se ve comprometido. Esta eficaz priorización de las amenazas permite a las empresas centrarse en proteger sus activos más importantes y, por lo tanto, reforzar también la gestión general de la ciberseguridad.
- Remediación mediante hiperautomatización: Aprovechando los flujos de trabajo mediante low-code y no-code, la plataforma corrige automáticamente los riesgos de la superficie de ataque y las vulnerabilidades. La hiperautomatización acelera la velocidad de respuesta para contener y resolver rápidamente las amenazas. La plataforma permite a las empresas responder más rápidamente a posibles amenazas, reduciendo el tiempo de corrección y limitando la exposición mediante la automatización.
Plataforma Singularity
Mejore su postura de seguridad con detección en tiempo real, respuesta a velocidad de máquina y visibilidad total de todo su entorno digital.
DemostraciónConclusión
En conclusión, garantizar la protección de los sistemas en un entorno digital tan complejo es fundamental para cualquier organización moderna. Por lo tanto, es esencial adoptar un enfoque combinado de ASM y VM. ASM reduce de forma proactiva los vectores de ataque mediante un escaneo continuo para detectar y mitigar las amenazas procedentes del exterior. VM aborda las vulnerabilidades conocidas que podrían ser explotadas. Esta estrategia permite a las organizaciones crear una defensa eficaz contra las amenazas cibernéticas en constante evolución.
La inversión en una plataforma como SentinelOne Singularity™ Vulnerability Management amplificaría esos esfuerzos mediante la detección y corrección de riesgos en tiempo real, automatizando todos los procesos de seguridad críticos. Esto facilitaría la gestión de los riesgos externos e internos y reforzaría la capacidad de las organizaciones para priorizar y responder rápidamente a cualquier situación de ataque. SentinelOne es una solución completa y eficaz para abordar los retos multifacéticos de la ciberseguridad moderna para cualquier organización que desee reforzar su postura de ciberseguridad.
"FAQs
La gestión de la superficie de ataque es importante porque informa a las organizaciones de todos los posibles puntos de entrada que pueden utilizar los atacantes, incluyendo todo lo relacionado con sitios web, API y TI en la sombra que están conectados a Internet. Esa visibilidad reduce el riesgo de que las organizaciones sufran una violación de datos o que se produzcan ataques de ransomware dentro de la empresa. ASM también lleva a cabo una supervisión continua para que los nuevos vectores de ataque puedan detectarse y mitigarse de inmediato, reduciendo así la exposición general a dichos riesgos.
La gestión de vulnerabilidades es importante porque identifica y corrige los puntos débiles de los sistemas conocidos de las organizaciones, como el software sin parches o las deficiencias de configuración que los ciberdelincuentes podrían aprovechar para acceder sin autorización a información confidencial o incluso dañar las operaciones comerciales. Como resultado, esto reduciría las posibilidades de que los ataques tengan éxito, protegiendo así la integridad de la infraestructura de la organización.
La gestión de la superficie de ataque debe ser un proceso continuo, ya que las amenazas externas cambian rápidamente y se crean nuevos activos que pueden exponer a una organización. Un sistema de supervisión en tiempo real ayuda a que la defensa temprana sea factible. La gestión de vulnerabilidades se suele realizar como una acción cíclica, pero debe automatizarse siempre que sea posible para obtener una visión completa en tiempo real. En resumen, los análisis periódicos y la corrección regular de las vulnerabilidades garantizan que los problemas críticos tengan una exposición mínima a los ciberataques.

